Maria Grazia Chiuri, primera mujer al frente de Dior
La marca parisiense confirma el nombramiento de la hasta ahora diseñadora de Valentino, una discreta romana de 53 años que lleva tres décadas trabajando en la sombra
Maria Grazia Chiuri se acaba de convertir en la primera mujer que llega a la cúspide de Dior en los 70 años de existencia de la histórica firma parisiense. Como se esperaba desde hace algunas semanas, la diseñadora italiana ha sido oficialmente nombrada este viernes como nueva directora artística de la marca, en sustitución del tándem formado por Lucie Meier y Serge Ruffieux, responsables transitorios de Dior tras la despedida de Raf Simons en octubre de 2015.
Chiuri oficiaba hasta ayer mismo en Valentino junto a su inseparable cofrade Pierpaolo Piccioli, al que conoció a principios de los ochenta cuando estudiaban en el Istituto Europeo di Design de Roma. Tal como anunció Valentino el jueves, él quedará al frente de la firma italiana en solitario. El fichaje de Chiuri supone la consagración definitiva de un personaje discreto, aunque bien conocido en los círculos de la moda romana, donde lleva tres décadas ejerciendo. Nacida hace 53 años en la capital italiana, es conocida por su profesionalidad y su calma natural. Casada y con dos hijos, la diseñadora ha sido artífice del resurgimiento de la marca creada a finales de los cincuenta por Valentino Garavani. El mítico diseñador la fichó personalmente en 1999 junto a Piccioli cuando ambos trabajaban para otra legendaria marca romana como Fendi, donde revitalizaron los accesorios y participaron en el diseño de un superventas como el bolso baguette.
Chiuri es una apasionada por la historia del arte, en la que empapa todos y cada uno de sus diseños. Al frente de Valentino durante los últimos ocho años -marca en la que en total estuvo 17 años-, ambos han diseñado una larga serie de colecciones inspirados en épocas históricas distintas, de la Roma clásica a la psicodelia de los sesenta y setenta, pasando por el rigorismo medieval y la delicadeza de los prerrafaelitas. Sus colecciones encuentran un equilibrio perfecto entre sobriedad y exuberancia, tradicionalismo y vanguardia. Suelen desprender un sentido de la poesía que no está reñido con lo moderno y lo urbano, además de un fuerte apego por la noción de elegancia a la antigua. “No importa si un vestido tiene mangas largas o enseña más o menos. Lo importante es que la mujer que lo lleva personifique una mezcla de elegancia y de gracia”, dijo hace unos meses a la revista InStyle. Su última colección de prêt-à-porter para Valentino, presentada en marzo en París, se inspiraba en el mundo de la danza contemporánea. El desfile en la capital francesa de alta costura con el que se ha despedido esta semana de la marca romana partía más bien de la moda isabelina, con una predominancia de gorgueras y cuellos cervantinos.
Chiuri también ha sabido mantener uno de los cotos reservados de la marca romana desde los tiempos en que Valentino vestía a la jet set: la alfombra roja. Algunas de sus fans se llaman Cate Blanchett, Anne Hathaway, Jennifer Aniston, Nicole Kidman o Keira Knightley, que llevó uno de sus vestidos a los Oscars cuando estaban embarazada. Chiuri ha dicho que las estrellas la inspiran, citando a la misma Knightley, a Tilda Swinton, a Gwyneth Paltrow y a la actriz italiana Alba Rohrwacher como inspiración. La diseñadora también ha demostrado estar conectada con su tiempo. Se dice adicta al WhatsApp y ha sabido sacar partido a las redes sociales. En 2015, logró que Ben Stiller rodara una de las escenas de Zoolander 2 durante uno de sus desfiles. “Internet e Instagram han cambiado nuestra vida y han cambiado la moda, porque ahora todo va muy rápido. Pero, a la vez, queremos mantener nuestra sensibilidad, nuestra artesanía, nuestra cultura. Eso es lo que marca la diferencia”, explicó a Harper’s Bazaar. Los resultados económicos son contundentes: Valentino rozó los 1.000 millones de euros en 2015, dos años antes de lo que preveía su plan empresarial.
Ahora toma el testigo de una de las casas históricas (hoy propiedad del imperio del lujo LVMH) de la moda que en el pasado ha estado en manos de los diseñadores Christian Dior (1946-1957), Yves Saint Laurent (1957-1958), Marc Bohan (1958-1989), Gianfranco Ferré (1989-1997), John Galliano (1997-2011) y Raf Simons (2011-2015). Habrá que esperar hasta el próximo 30 de septiembre para ver su primera colección de prêt-à-porter.
Su nombramiento al frente de Dior podría marcar un giro romántico tras la etapa más vanguardista que lideró Raf Simons. Junto al reciente fichaje de Bouchra Jarrar al frente de Lanvin, será también un contundente impulso a la feminización de la dirección artística de las grandes marcas, donde hay menos mujeres que en los tiempos de Coco Chanel y Elsa Schiaparelli.
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