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Baila, Moscovici, baila

Los presupuestos del Gobierno, ésos que se han presentado a Bruselas y que se aprobarán en España, son una forma de ahorrarse el programa electoral

Manuel Jabois
El comisario europeo de Asuntos Económicos y financieros, Pierre Moscovici.
El comisario europeo de Asuntos Económicos y financieros, Pierre Moscovici.Geert Vanden Wijngaert (AP)

La recuperación económica ha llegado a Bruselas en forma de unos presupuestos felices en los que se bajan los impuestos y se sube el gasto. Para confirmar las expectativas económicas el Gobierno ha adjuntado a la Comisión Europea las imágenes de Soraya Sáenz de Santamaría bailando. A ver quién nos dice que no. En el documento presentado se desglosan las diferentes partidas de los ministerios, el objetivo de déficit y la canción de inicio de El Hormiguero con una coreografía espectacular (“uno, dos, patada”), que ha puesto Bruselas a temblar. ¿Qué país con el déficit en entredicho mandaría a su vicepresidenta a bailar a un programa de televisión? ¿A quién va a hacer caso la Comisión, a su comisario de Asuntos Económicos, señor Moscovici, o a Pablo Motos, que estaba allí?

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A las cifras hay que ponerles caras, emociones y piel, tal y como dijo Floriano, que va camino de ser el Zubizarreta del Barça contemplando su obra desde el sofá. El discurso del Gobierno consiste en dejar de explicar los éxitos económicos con tablas de excel y ponerles historias humanas que hagan reparar a la sociedad en que la recuperación ha llegado. No hay mejor síntoma para eso que un baile en prime-time, si bien hubiera sido más alentador que bailase un señor recién llegado a la clase media. Claro que la clase media poscrisis empieza a ser como el centro político cuando Aznar quiso asaltarlo: de dónde vendrán que tardan tanto, dijo Guerra. Y si se tarda en llegar desde la clase baja lo que debe de ser desde la alta. Lo acaba de intentar Yolanda Barcina, que ha dejado la política para volver a tener ingresos normales pero se le ha cruzado el amor por el camino: ha encontrado un puesto en Telefónica en el que no ha tenido nada que ver su pareja, Manuel Pizarro. La derecha siempre dando lecciones de confluencia.

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Los presupuestos del Gobierno, ésos que se han presentado a Bruselas y que se aprobarán en España, son una forma de ahorrarse el programa electoral. Lo sospecha la Comisión Europea, que ve electoralismo con la misma fortuna que el niño en ocasiones ve muertos, y ya han avisado desde allí que el déficit se va a incumplir este año y el siguiente. Que la vicepresidenta, dice Moscovici, debería haber bailado un fado. Pero en cualquier caso los ajustes que se deban hacer no tendrá que hacerlos este Gobierno sino el que salga del 20-D. Se consigue pasar así de la herencia recibida a la herencia fabricada; del despido en diferido a los recortes como spoiler.

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Sobre la firma

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario de Pontevedra. Ha trabajado en El Mundo y Onda Cero. Colabora a diario en la Cadena Ser. Su última novela es 'Mirafiori' (2023). En EL PAÍS firma reportajes, crónicas, entrevistas y columnas.

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