Los Maradona enganchan a Argentina a la tele
Las peleas del exfutbolista y su familia van más allá de los juzgados y llegan a varias cadenas a la vez
Los argentinos asisten sin poder dejar de mirar a su televisor a un espectáculo único: la familia Maradona casi en pleno —y es enorme— se contraprograma en televisión, con el patriarca como gran estrella en una descarnada lucha que tiene como trasfondo los casi ocho millones de euros que el astro ha reclamado judicialmente a su exmujer, Claudia Villafañe. Las hijas del matrimonio se han colocado del lado de su madre y luchan en televisión y en Twitter para convencer a su padre de que se equivoca. “Le están comiendo el cerebro”, dice Giannina, una de ellas.
Mientras, él, en una durísima entrevista, muestra que conserva su capacidad para los titulares y el drama. Cree que muchos lo quieren muerto para cobrar la herencia y recuerda cuando estuvo a punto de fallecer. “Claudia es una ladrona. La única que quería verme vivo era Gianinna y Dalma que la contenía. Después, absolutamente todos sacando a mi vieja que estaba desconsolada, decían ‘este pira y nos deja el camino a Mar del Plata libre’. Yo era más negocio muerto que vivo. Yo era el Michael Jackson blanco verdadero”, clama. Dalma contraprogramó rápidamente en otra cadena: “Las únicas personas que estábamos en terapia intensiva eran Gianinna, mi mamá y yo. Y ahí le dije a mi papá que no se muriera no tanto por mí sino por mi hermana”.
La familia Maradona domina la televisión argentina desde hace 30 años. Y va ampliando protagonistas. Antes eran cuatro: el futbolista; Claudia, su novia desde los 15 años, cuando salió de la miseria de Villa Fiorito con su primer contrato y se convirtió en su vecino en un barrio popular de Buenos Aires; y sus dos hijas, Dalma y Giannina. Ahora se van sumando los hijos ilegítimos: Diego Júnior, que vive en Italia y al que Maradona quiere desheredar; Jana, que tuvo con una camarera de Mar del Plata y a la que adora, y Dieguito Fernando, un niño que tuvo con su última novia y que es más pequeño que su nieto, Benjamín, hijo del también futbolista Kun Agüero y que se queja ahora de que no le dejan verle.
En una jornada frenética con una lucha feroz por las audiencias, Diego Jr. también contraprogramó a su padre con una entrevista desde Italia para contestarle. “Quiero hacer la repartija con mis hijos menos con el cara de choto que vive en Italia”, había dicho Maradona. “Diego Jr. me quiere ver muerto, en el testamento ese no va a estar. Por ley le correspondería, pero cuando meta la mano en la lata, ya no va a haber ni un céntimo. Le pagué 500.000 euros en su momento, hicimos un acuerdo cuando este cara de choto era chiquito. No lo reconozco”, lanzó. “Desmiento totalmente haber dicho una cosa tan grave en mi vida. Que alguien busque una sola nota en la que diga que lo quiero ver muerto, no la van a encontrar”, contestó Diego Jr. desde Italia.
Maradona se lanza contra todos, sobre todo contra su exmujer, con la que hasta ahora había mantenido una estrecha relación pese a que se separaron en 2003. Ella siempre había estado ahí en los momentos difíciles de su adicción a las drogas. Pero ahora ella está con otro hombre y Maradona, tal vez el más argentino de los argentinos, amado y odiado a partes iguales, destila celos y lucha por el dinero, mientras Hacienda les pisa los talones a ambos.
Maradona llama “el tontín” al nuevo novio de Claudia, Jorge Taiana, un actor y productor teatral. “Yo amé a Claudia. Fue mi primer amor y nunca se olvida. Pero ya no es la misma. Ahora tiene charlas filosóficas con el tontín y conmigo tenía charlas de fútbol. Mirá si le sacamos ventaja”, se duele. También carga contra sus hijas. “Ellas tomaron partido por su madre, pero no crean que el día de mañana se den cuenta que la madre no jugó nunca un partido y que nunca firmó un contrato de más de 300.000 dólares”. Dinero, celos, hijos ilegítimos, herencias y muchas horas de televisión. Argentina no necesita culebrones venezolanos —el que triunfa ahora en este país incluso le gana en audiencia al fútbol— porque tiene a los Maradona que improvisan cada día un nuevo guion.
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