Seúl apunta verde y alto
Vivir en una ciudad post- industrial tiene muchas ventajas arquitectónicas aunque las probabilidades de que se conserven sus ya obsoletas infraestructuras sean bajas; algunas ciudades tienden a demolerlas, otras permiten que florezcan mientras otras deciden reutilizarlas. Y éste último, es el caso de Seúl.
Definitivamente, el High Line de Nueva York ha sido un referente urbanístico, arquitectónico y social de gran impacto ya que muchas ciudades han decidido seguir con su ejemplo. Actualmente, el debate “conservar o demoler” se está llevando a cabo en distintos lugares del mundo con iniciativas de recuperar un territorio central ocupado por infraestructuras viarias, reconocer su origen histórico y hacerlo transitable. Es el caso, por ejemplo, del Viaducto de Holbeck (Reino Unido) de 1,7km, construido en 1882; el Bloomingdale Trail (Chicago) de 4,3km, construido en 1873 a nivel de calle, elevado en 1910 a su altura actual y abandonado en 2001, o el Reading Viaduct (Filadelfia) de 1,6km, construido en 1890 y abandonado en 1984.
Tanto Washington como Filadelfia ya han anunciado planes para construir un parque elevado, Singapur ha ido más allá creando el colosal conjunto de jardines verticales llamado Gardens by the Bay, o Jardines de la Bahía y recientemente, Seúl ha anunciado la creación del Skygarden, o ciudad del cielo.
La mayoría de carreteras elevadas de la capital surcoreana se construyeron en la década de los 70 para mejorar el transporte por carretera entre las zonas comerciales más importantes de la ciudad. Pero a día de hoy, a pesar de ser obras hechas para mejorar la funcionalidad de la megapolis, surgen efectos contraproducentes tales como los elevados costos de mantenimiento debido al flujo de automóviles. Esta es una de las razones por la cual la mayoría dejan de estar en funcionamiento.
Durante estos últimos diez años, Seúl ha destruido una gran cantidad de pasos a desnivel, siendo Ahyeon y Yaksu un ejemplo de los que se derribaron el año pasado. Pero finalmente, la capital surcoreana ha decidido mantener y transformar una de sus infraestructuras que estaba abandonada desde 2006, con la intención de crear un espacio verde para toda la ciudad.
El gobierno local de Seúl ha seleccionado el proyecto de los arquitectos holandeses MVRDV cuyos trabajarán junto al estudio de diseño Studio Makkink & Bey y al paisajista Ben Kuipers para diseñar el Skygarden, un espacio verde para regenerar el cruce elevado que se construirá en el tramo abandonado de la carretera que proporcionaba una conexión vehicular entre el mercado de Namdaemun, el mercado tradicional más grande de Seúl del Este, con la zona Oeste de la ciudad.
La intención del proyecto es la de hacer el espacio tan verde como sea posible, introduciendo nuevas funciones de ocio que requieren de una aproximación modular y adaptable. El diseño de MVRDV propone una serie de espacios que generan un catálogo de 254 especies autóctonas, ubicadas a lo largo de los 938 metros de cruce elevado. Además de macetas circulares que varían de tamaño, estas flores, arbustos y plantas estarán ordenadas alfabéticamente según el alfabeto coreano de tal manera que los visitantes podrán, no solo apreciarlas sino estudiarlas. La idea es hacer un centro botánico de especies endémicas, un paseo (recreativo-educativo) “un arboreto, una biblioteca de plantas de Seúl”. Se suman a la propuesta lugares de descanso para tomar el té, floristerías e invernaderos.
Accesos y activadores urbanos. Imagen cedida por MVRDV
Activadores urbanos. Imagen cedida por MVRDV
El Skygarden está pensado para evolucionar con el tiempo, acompañado de nuevos activadores para convertirse en un gran vivero urbano. Se añadirán estructuras adicionales tales como escaleras, ascensores, escaleras mecánicas haciendo que los jardines satélites puedan conectarse al Skygarden abriéndose como ramas de la estructura principal del cruce elevado. Estas extensiones están pensadas para inspirar futuras incorporaciones a las áreas verdes y espacios públicos, favoreciendo un fácil acceso debido al orden alfabético de sus especies y la fácil visibilidad de su señalética.
Según Winy Maas, “El proyecto cambiará la vida diaria de mucha gente en Seúl. Tendrán un placentero atajo a través de un oasis verde en el medio de todo el tráfico y conectará de nuevo los barrios con la naturaleza. Parte del proyecto es un vivero en donde las plantas crecerán, y esto se volverá a ver en el centro de la ciudad“.
Según los planes de MVRDV, el proyecto estará acabado para el 2017 y el gobierno de Seúl cree que su impacto económico puede ser muy positivo para la ciudad. De hecho, esperan que genere 1,83 veces de lo que va a costar la remodelación y el gran mantenimiento que va a exigir este parque urbano.
Propuesta general del Skygarden. Imagen cedida por MVRDV
No cabe duda que la ambiciosa ciudad de Seúl quiere convertirse en una de las ciudades más ecológicas del mundo - un objetivo revelado por su alcalde, Oh Se-Hoon en 2008. Él cree que la metrópoli podría convertirse en "una ciudad dentro de un parque". Tal es así, que el viejo arroyo Cheonggyecheon - que en su momento fue utilizado como carretera - ya se ha restablecido como un cauce público, y el gobierno también ha estado buscando la manera de hacer frente a la contaminación del aire y la renovación de edificios abandonados.
Tendremos entonces que esperar hasta el 2017 para ver el resultado final.
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