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FABIOLA GIANOTTI / Directora electa del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN)

La directora del CERN: “Entre ciencia y arte no hay diferencia”

La física italiana, que anunció el descubrimiento del bosón de Higgs en 2012, explica nuevos retos del acelerador LHC

Fabiola Gianotti, directora electa del CERN, en el Museo Thyssen (Madrid), el 26 de junio.
Fabiola Gianotti, directora electa del CERN, en el Museo Thyssen (Madrid), el 26 de junio. JAIME VILLANUEVA

La física italiana Fabiola Gianotti entró a lo grande en la historia de la ciencia cuando, el 4 de julio de 2012, junto con su colega estadounidense Joe Incandela y en nombre de miles de científicos participantes en los experimentos, presentó al mundo, transmitido por Internet desde el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) el descubrimiento del bosón de Higgs, la partícula elemental que ayuda a explicar el origen de la masa y que los científicos buscaban desde hacía más de medio siglo. Tres años después, Gianotti se convierte en otro hito: será la primera mujer directora general (ocupará el cargo a partir de 2016) de ese centro científico único en el mundo, el CERN, donde el gran acelerador de partículas LHC acaba de entrar en una nueva fase de operación, con el doble de potencia que hasta ahora y con perspectivas de nuevos hallazgos.

La trayectoria de Gianotti, de 54 años, no es nada corriente. Cursó el bachillerato de letras al tiempo que estudiaba piano en el Conservatorio de Milán. “Diez años, y saqué el título”, señala con orgullo. Pero acabó optando por la ciencia porque, dice, “era una chica con mucha curiosidad y, a los 16 ó 17 años, comprendí que la física podía ayudarme a satisfacerla”. Obtuvo el doctorado por la Universidad de Milán trabajando en un experimento del CERN y, desde 1996, forma parte de su personal. De 2009 a 2013, fue la portavoz del detector Atlas, una colaboración de casi 3.000 científicos e ingenieros de decenas de países que descubrió el Higgs, junto con el detector CMS (que lideraba entonces Incandela). Simpática, afable, de modales elegantes, sin engreimiento y, probablemente, segura de sí misma, Gianotti participó esta semana en el encuentro Arte y Ciencia organizado por la red europea Invisibles (coordinada por la Universidad Autónoma de Madrid) y el Museo Thyssen. Dio dos charlas: una, como física, sobre los retos y el futuro de los aceleradores de partículas, y otra, como pianista que también es, sobre el arte y la ciencia.

Pregunta. Como directora del CERN, ¿espera vivir momentos tan emocionantes como la presentación del bosón de Higgs en julio de 2012?

“Como mujer yo no me he sentido discriminada en mi carrera de física. Otras colegas no han sido tan afortunadas”

Respuesta. Aquel fue, sin duda, muy especial. Desde el punto de vista de la ciencia fue histórico porque el bosón de Higgs es un hito, una partícula diferente de todas las otras descubiertas hasta entonces. Pero también fue un gran día desde nuestras emociones, de todos nosotros, las casi 6.000 personas de los experimentos, incluido un tercio de jóvenes investigadores que contribuyeron a lograrlo. Espero que haya en adelante más momentos también muy intensos, con grandes satisfacciones, que puedan llegar con el LHC.

P. ¿Para cuándo cabe esperar nuevos resultados?

R. Estamos ya tomando datos, los analizamos, comenzaremos a comprenderlos... La física exige paciencia, pero espero que en los próximos años tengamos resultados importantes.

P. El LHC tenía, al principio, un objetivo muy concreto: encontrar el Higgs. ¿Hay un nuevo objetivo ahora que ha empezado a funcionar al doble de potencia?

R. El LHC fue concebido y construido para afrontar preguntas, cuestiones abiertas de la física fundamental. Una de ellas era el origen de las masas de las partículas elementales y la respuesta se ha encontrado con el bosón de Higgs. Pero hay otras, por ejemplo la materia oscura que supone casi el 23% del universo. Ahora tenemos más posibilidades de encontrar la respuesta con el LHC funcionando a una energía más elevada que antes. También afrontamos la cuestión de la asimetría entre materia y antimateria. ¿Por qué hay tanta materia en el universo y tan poca antimateria? Es decir, hemos resuelto una pregunta y seguimos buscando otras respuestas.

P. Además, sueñan con descubrimientos inesperados.

R. Sí, claro. La sorpresa es la mayor satisfacción para el científico.

P. Como la primera mujer que va a dirigir el CERN en sus 61 años de historia, ¿se siente bienvenida por sus colegas? ¿Qué significa esta responsabilidad?

R. Llevo 25 años trabajando en este entorno de física de partículas y yo, personalmente, nunca me he sentido discriminada o excluida. Creo que he tenido las mismas oportunidades que mis colegas masculinos, aunque sé que otras colegas no han sido tan afortunadas. Me alegra ser la primera mujer en el cargo de directora general y espero no ser la última. Quiero realizar una buena dirección y, además, si el hecho de ser mujer puede servir de estímulo para jóvenes científicas que entiendan que tienen oportunidades, sin duda me complace.

P. El mundo de la física de partículas ha estado siempre muy dominado por los hombres.

R. Sí, pero está cambiando. Hoy la proporción de mujeres en los experimentos del CERN ronda el 20% o el 25% y hay mujeres en puestos muy importantes.

P. ¿Por qué eligió usted ser física experimental?

R. Siempre me ha gustado hacer cosas con las manos. De niña disfrutaba jugando con plastilina para formar muñequitos y cosas... y siempre me ha gustado la cocina. Así que me satisface construir experimentos, aunque ahora no lo haga directamente.

P. ¿Y el arte? Usted es pianista.

R. Entre ciencia y arte no veo fractura, no veo diferencias, distancia... Para mí, arte y ciencia en el sentido amplio, ya sea humanística o científica, son expresiones del ser humano como ser pensante y de nuestra cultura y conocimiento. Forman parte de la misma esfera.

“Buscamos entender la asimetría entre materia y antimateria”

P. Y ha dedicado su vida profesional al CERN.

R. Sí. Toda mi carrera como investigadora la he hecho en el laboratorio. Para un científico, el CERN es como para un niño una tienda de caramelos, y lo sigue siendo siempre... Es una gran suerte, un privilegio, trabajar en un centro científico de este nivel para la física fundamental.

P. Ahora llega a la dirección. Cuenta con un gran apoyo de sus colegas, pero El CERN no es una institución corriente...

R. Desde luego es un centro especial. Trabajan en el laboratorio más de 11.000 científicos de más de 110 países. Cada uno tiene sus ambiciones, como cualquier persona. Pero tenemos valores comunes que nos unen, lo que permite trascender el ego personal y las diferencias políticas, el origen geográfico o el pasaporte. Y esos valores comunes residen en el amor por el conocimiento: estamos todos motivados por esa pasión por saber más. Por cierto, quiero destacar la importancia de España en lo que hacemos en el CERN, su gran participación en cuanto a ideas, cerebros, medios y tecnología, que España viene invirtiendo en el laboratorio —y espero que lo siga haciendo en el futuro—, incluida su gran contribución al descubrimiento del bosón de Higgs.

P. Usted ha coordinado a 3.000 investigadores en el experimento Atlas, pero la dirección general conlleva más aspectos que la pura ciencia.

R. Sí, claro, hay cuestiones como los presupuestos, las colaboraciones internacionales... Es un nuevo reto y me estoy preparando a fondo. Tenemos que preparar el futuro, y esto es para mí uno de los desafíos más fascinantes. El LHC tiene una larga vida por delante porque está previsto que funcione hasta 2035, con nuevas fases de potenciación tanto del acelerador como de los experimentos. Pero hay que pensar ya en el después.

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