“Sírvale un café a quien lo necesite”
Crecen los cafés pendientes, una forma de ayudar a los vecinos con pocos recursos
“Póngame un café con leche y apúnteme uno pendiente, por favor”. Con esta sencilla frase cualquiera puede solidarizarse con aquellos que más lo necesiten desde la barra del bar sin mayor esfuerzo que el pago de un café extra destinado a quienes no pueden permitírselo. Y de manera anónima. Esta iniciativa, surgida en Nápoles dos siglos atrás entre los pudientes de la época bajo el nombre de caffè sospeso, ha vuelto a resurgir en 2008 a raíz de la crisis económica, lo que ha provocado su éxito y posterior expansión a través de las redes sociales desde la ciudad italiana al resto del mundo.
El proceso no entraña mucho misterio. Consiste en acudir a algún establecimiento que colabore con esta acción solidaria (suelen tener alguna credencial visible que lo indique), pedir su propia consumición y, posteriormente, que le apunten cuantos cafés pendientes esté dispuesto a donar. Normalmente, se registran en una pizarra, por lo que cualquier ciudadano que no tenga dinero suficiente puede entrar al local y solicitar que le sirvan uno. Hay poca picaresca puesto que en los barrios casi todos se conocen.
Algunos locales solidarios
Café Comercial (Glorieta de Bilbao, 7; Madrid)
Cafetería Lord Byron (C/ Palacio Valdés, 1; Avilés)
Bombonería Petit Plaisir (C/ San Francisco, 2; Santander)
Café Luna (C/ Severo Ochoa, 8; Gijón)
Planeta Te Sant Andreu (Paseig Fabra i Puig, 30; Barcelona)
Taberna Berlín (C/ Heroismo, 13; Zaragoza)
Pico Fino (Ronda de Outeiro, 418; A Coruña)
Café La Cala (C/ San Juan de Dios, 52; Granada)
Ágora Burgos (C/ Laín Calvo, 5; Burgos)
Eurosol (Intercambiador de transportes Puerta del Sol, Madrid)
La Xiqueta (C/ Castan Tobeñas, 31; Valencia)
Cafetería Max (C/ Areal, 100; Vigo)
Cafetería hÓle hÓle (C/ Ramón y Cajal, 21; Santa Cruz de Tenerife)
Jai Alai Miribilla (C/ Jardines de Gernika, 20; Bilbao)
Bar La Compostura (C/ Marbella; Camas, Sevilla)
Pastelería San Martín Vegueta (C/ Calvo Sotelo, 3; Las Palmas de Gran Canaria)
New Bukaros (Avenida de Los Guindos, 26; Málaga)
La Infinito (C/ Tres Peces, 22; Madrid)
La Avellana (C/Tavern, 11; Barcelona)
Café La Vera (C/ Alfonso IX, 11; Cáceres)
Franquicias Giornale (Posee 13 sucursales en Ciudad de México).
En España los cafés pendientes están experimentando cada vez un mayor crecimiento. “Se trata de ser solidario por adelantado; aquí la cultura de bares se lleva, y si sabes que alguien está mal en tu barrio, acciones como esta hacen que la gente se interese por la persona en cuestión”, señala Gonzalo Sapiña, profesional del marketing y coordinador de la iniciativa en nuestro país a través de la página web Cafespendientes.es. Según los datos recopilados a través de dicha plataforma, que en un año ha recibido más de 12 millones de visitas, hay más de 500 negocios adscritos a este modelo de donaciones que se resumen en más de 10.000 cafés pagados y alrededor de 7.500 servidos (unos 20 cada día).
Pero esta iniciativa no es solo positiva para las personas. También lo es para los bares. “Les supone ganar clientes, porque a la gente le gusta ir a lugares con trato humano”, indica Sapiña. De todos los establecimientos adheridos, los que más éxito han tenido son el Café Comercial (Glorieta de Bilbao, 7; Madrid) y la cafetería Lord Byron (C/ Palacio Valdés, 1; Avilés), quienes aglutinan casi el total de los cafés pendientes apuntados, con 7.500 y 1.500, respectivamente. No obstante, el número de negocios va aumentando bajo el reclamo de la solidaridad. “Hay personas que pagan y se van y otras que esperan y hablan. Se crea una cierta relación de amistad entre gente muy distinta”, añade el coordinador, quien realiza un llamamiento a los locales de restauración para que se sumen a esta medida a través de la página web (la lista de negocios que colaboran está disponible ahí).
Acción internacional
Más allá de España, los cafés pendientes han conquistado otros países latinoamericanos como Costa Rica, Colombia, Chile o México. De hecho, en el estado azteca se ha extendido el repertorio no solo a cafés, sino también a otros alimentos como tacos, sopas o ensaladas. “Esta iniciativa ha logrado llegar a gente que antes no donaba por desconfianza; actualmente existen 565 establecimientos por todo el país que suponen unos 23.000 cafés o platillos entregados cada mes no solo dentro del lugar, sino en parques, hospitales, asilos y vías del tren por las que pasa La Bestia”, afirma Fabiola Kun, coordinadora de la acción en México.
Muchos pequeños locales, explica Kun, han aumentado sus ventas un 33% desde que acogieron los cafés pendientes, creando lealtad de sus comensales. “Lo más importante es el impacto positivo en su comunidad y la inclusión y la dignidad con la que atienden a beneficiarios”, sentencia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.