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Su pelo le delata

Se está saltando la cena, trasnocha demasiado y lleva meses olvidando comprar sus suplementos de hierro. ¿Que cómo lo sabemos? El cabello es un chivato

Un bad hair day ("mal día capilar", en inglés) puede significar muchas cosas. Recurrir a la socorrida coleta engominada en el caso de ellas o a kilos de fijador pegajoso en el caso de ellos, suele ser consecuencia de una jugarreta de la almohada. Pero, en ocasiones, sugiere algo más, pues el pelo es un estupendo chivato a la hora de alertar sobre déficits nutricionales y otros problemas del organismo.

“Dice el refrán que la piel es el espejo del alma y podríamos añadir que el pelo y las uñas pueden anunciar enfermedades que, si se conocen, se pueden prevenir, entendiendo por prevención cualquier acción destinada a reducir la probabilidad de aparición de una enfermedad, o bien interrumpir o demorar su progresión”. Así comienza el doctor Salvio Serrano, catedrático de Dermatología de la Universidad de Granada, a explicar la estrecha relación entre el cabello y nuestro organismo.

La pérdida de brillo capilar puede deberse al consumo de ciertos medicamentos para el colesterol

En el caso de las féminas, es más habitual que la sintomatología oculta acabe saliendo a la luz. Para ellas, el mínimo cambio en el estado de su cabello es apreciable. Según un estudio llevado a cabo por la firma Pantene con 4.000 europeas, el 70 % de las inglesas, españolas, alemanas, portuguesas, italianas, griegas, francesas y belgas analizadas se sienten deprimidas cuando su cabello está apelmazado o falto de movimiento. Una de cada cinco reconoce, además, que planifica su vida personal o profesional en torno al momento en que pueden lavarse la cabeza. Antes de una cita o de salir con amigos, el 16 % de las mujeres europeas se lavan el pelo o pasan por la peluquería.

Ellos lo tienen más difícil. Por lo general solo les preocupa la evolución de las entradas o la caspa. Así lo señalaba el estudio llevado a cabo por la agencia de investigación Synovate para H&S bajo el título ¿Qué tienen los hombres en la cabeza? Engordar es su mayor preocupación, seguida, de cerca, por la caída del cabello y la caspa.

Vaya por delante que el estrés, los nervios, la falta de sueño y el ciclo menstrual pueden alterar sustancialmente el estado del cabello, volviéndolo indomable, alicaído, más graso o seco. El brillo también es un buen punto de referencia para saber si estamos comiendo bien. El doctor Salvio Serrano nos dice cuáles son los problemas más comunes que pueden ocultarse tras el deterioro del pelo.

1. Se multiplican en mi cabeza las zonas que clarean = Vigile el tiroides. Si se ha producido una desaparición de cabello brusca, ya sea en áreas únicas o múltiples, casi siempre responde a una alopecia areata. “Hoy sabemos que la causa más frecuente de esta enfermedad es la autoinmune y que, con cierta frecuencia, puede asociarse a otras enfermedades de carácter autoinmune como las  tiroideas (sobre todo, hipotiroidismo), el lupus eritematoso, el vitíligo o la artritis reumatoide, entre otras”, ilustra el doctor Serrano. Estas enfermedades pueden tratarse, pero, como alerta el especialista, “si se ignoran, las consecuencias pueden ser desastrosas”.

2. Cada vez tengo el pelo más fino y quebradizo = Controle su peso. La alopecia androgenética incipiente (calvicie común en su estado primigenio) va, en ocasiones, ligada a comorbilidades (trastornos adicionales), entre los que destaca el síndrome metabólico. “Este síndrome se caracteriza por la obesidad abdominal, y se puede hablar de él cuando el diámetro de la cintura es superior a 102 centímetros en hombres y a 88 centímetros en mujeres. Entrar en esos parámetros provoca mayor riesgo de enfermedad cardiovascular”, apunta el dermatólogo. La pérdida patológica de cabello en las mujeres no es tan poco frecuente como podríamos pensar. El 30 % de las mayores de 40 años sufre alopecia (en el 95 % de los casos, por alteración hormonal en la menopausia o por factores genéticos). Dejar el peine cubierto de pelos cada mañana no supone el mayor problema: forma parte de la renovación natural.

3. Directamente, se me cae el pelo = Revise sus hábitos alimenticios. Se habla de alopecia cuando se pierde un 25 % de la masa capilar. Una caída brusca de pelo puede producirse por muchas causas, tanto patológicas como fisiológicas. “Siempre hay que establecer el diagnóstico mediante un tricograma (estudio microscópico de la raíz del pelo); y, en ese caso, lo más frecuente es que se trate de una alopecia o efluvio telogénico con más de un 20 % de cabellos en telogen o fase de caída”, desarrolla Serrano. Entre las causas más frecuentes que lo provocan, está la alimentación deficiente, casi siempre fruto de regímenes inadecuados (abandone esa dieta ya) y consecuencia del déficit calórico y proteico (coma más y revise, al alza, su ingesta de pescado, huevos o frutos secos). “La segunda causa en frecuencia es el déficit de hierro o proteínas relacionadas, consecuencia de la menstruación o de un aporte deficiente. Si no se corrige la causa, no se resuelve el problema del pelo, y seguirán apareciendo otras manifestaciones del estado carencial”, añade el doctor.

4. He perdido el brillo = ¿Demasiadas medicinas? Aunque esta situación se puede producir por muchas causas, siempre hay que revisar los medicamentos que se está tomando, ya que hay muchos que pueden restan brillo al cabello. Obviamente, no le decimos que los deje, pero ya conoce la razón. “Cada vez es más frecuente el consumo de medicamentos hipocalesterimiantes (para bajar el colesterol), que provocan una mayor sequedad de la piel”, apunta Serrano.

Si lo tiene graso, se cae demasiado e incluso le sale vello en la cara, le recomendamos que acuda a un especialista, porque puede ser síntoma de cuestiones más complejas. Pero que no cunda el pánico. El otoño trampea estas sensaciones. “Los especialistas insistimos en que casi todos los cabellos que se caen en otoño se recuperan y reaparecerán al cabo de tres o cuatro meses”, cuenta el doctor Ramón Grimalt, profesor de Dermatología de la Universidad de Barcelona, dermatólogo en el Hospital Clinic de Barcelona y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). “Las consultas aumentan en un 80 % en estas fechas. Y ocho de cada diez personas no tienen ninguna enfermedad, solo están asustadas por quedarse calvas”, concluye el doctor. Los peluqueros también están acostumbrados a encontrarse alertas de este tipo y, aunque no pueden hacer ante un diagnóstico médico como tal, saben relacionar perfectamente la distinta sintomatología. “La falta de brillo puede deberse también a un exceso de coloración química, a una falta de hidratación o a un tema hormonal. Un cabello excesivamente seco puede señalar carencias nutricionales de tipo mineral o falta de vitaminas”, explica la estilista Yolanda Aberasturi. El momento tinte también habla de nuestro organismo. El exceso de hierro se suele hacer notar en cabellos que viran a cobre o tonos más oscuros, alejándose del color que aparece en el envase del producto. “Un ataque de grasa puede anunciar un cambio hormonal o un exceso de estrés emocional o laboral, aunque la alimentación también puede provocarlo”, añade la peluquera.

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