10 cosas que no sabía cómo reciclar
¿Dónde tiro las gafas, las perchas, el chicle...? Descubra cómo deshacerse de los objetos inclasificables
Reducir el consumo, reutilizar los objetos, reciclar los materiales y retornar los envases son las cuatro erres con que se formulan los mandamientos de la sostenibilidad. Esto es especialmente cierto si se siguen algunas cadenas de reciclaje: “El reciclaje en España es malísimo porque la separación de los materiales es pésima”, denuncia Julio Barea, portavoz de Greenpeace. Pero hay más: “De hecho, hay cosas que no recogen en los puntos limpios porque no saben qué hacer con ellas”. Y a estas se unen “los residuos para los que no se ha pagado el punto verde –el símbolo con que se identifican los envases que se pueden reciclar y que, por tanto, entran dentro del Sistema Integrado de Gestión de Residuos (SIG)–, de modo que según la legislación no podrían procesarse. Por ejemplo los vasos, los vinilos, las perchas”.
¿Qué hacemos con estos objetos? “La UE se está planteando separar los residuos por materiales y no por usos", cuenta Ana Gutiérrez, responsable de comunicación de la plataforma Retorna: la percha de plástico o un bolígrafo gastado sería lógico poder tirarlos al contenedor de envases, aunque no sean recipientes; si finalmente se procesan o no dependerá de la filosofía de cada planta de reciclaje”. Objetos como los neumáticos o las neveras tienen incluida en el precio una tasa para costear su tratamiento, según cuenta Barea, de modo que el distribuidor está obligado a recogerlos. Por último, muchos de los objetos que tiramos pueden tener una segunda vida después de reparados. La Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria aglutina entidades y ONG volcadas en recuperar la utilidad de los objetos y ayudar así a grupos sociales menos favorecidos.
¿Qué hacer con…?
Gafas
Algunas ONG como el Centro de Reciclaje de Gafas del Club Leonés recogen gafas viejas para enviarlas al Tercer Mundo. “También pueden llevarse a la óptica donde seguro que le encuentran un buen uso”, dice Julio Barea.
Muñecos y juguetes
“Muchos juguetes se enfrentan al mismo problema que las perchas o los bolígrafos”, explica Ana Gutiérrez: “Son de plástico, pero estos productos no pagan el punto verde y, por tanto, no entran en el circuito del reciclaje. Se puede optar por tirarlos en el contenedor amarillo o por buscar una organización cerca de nuestra casa que recoja y repare juguetes para darles una segunda vida”.
Bombillas
Ambilamp se encarga de recoger y dar el tratamiento adecuado a todo tipo de bombillas, desde las de bajo consumo de generaciones anteriores, fluorescentes o LED. Consulte aquí el mapa de puntos de recogida.
Aceite
Empresas como Ekogras o Reseave recogen el aceite usado para convertirlo en glicerina o biodiésel. “También hay en muchas ciudades contendores de recogida”, añade Barea y tumba un mito: a veces se ha dicho que el aceite se puede tirar con los plásticos porque favorece su reciclado, “pero eso es para incinerarlo y no reciclarlo; no es el objetivo”.
Tornillos, tuercas...
Los metales tienen un alto valor. “Con ellos se puede hacer dos cosas: o se lleva al punto limpio o se tira al contenedor de ‘resto’. Cuando la basura general llega a las plantas de procesado, pasan por unos trómeles que se encargan de abrir las bolsas y separar residuos. En este punto del proceso intervienen un electroimán que recoge los metales y un imán de corriente de Foucault, que atrapa el aluminio”.
Productos peligrosos
Como los aerosoles. “Todos los barrios tienen un servicio de recogida de este tipo de productos, que si no se reciclan de forma conveniente son altamente contaminantes”, enfatiza Barea. “Lo mejor es llamar al teléfono de atención al ciudadano y enterarse de qué horario y paradas tiene el camión que recolecta estos residuos”.
CD y vinilos
“Dado que no los recogen en el punto limpio”, lamenta Barea, “solo se puede hacer dos cosas: o se tiran a restos (el contenedor verde en ciudades como Madrid; el destinado a tal efecto en otras, como Barcelona, en donde tienen un contenedor específico para restos orgánicos). Lo ideal sería minimizar la compra de este tipo de productos”.
Césped y hojas
Muchos ayuntamientos, sobre todo de ciudades más pequeñas donde es más habitual tener un jardín, tienen habilitados días para recogida de podas –según explica Barea–, pues se trata de residuos de gran volumen. Infórmese en el suyo.
Chicles y otros petróleos
Hay veces en que la respuesta es taxativa: “No se reciclan”, advierten en Greenpeace. “No queda más remedio que tirarlos a la basura general”.
Medicinas
Todas las farmacias tienen lo que se denomina “Punto Sigre, donde se aceptan tanto medicamentos caducados como sus envoltorios”.
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