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Los Objetivos del Milenio, a examen

La ONU hace balance del progreso en la consecución de los ODM a un año de su renovación

Alejandra Agudo
maría josé durán

¿Cuánto se ha avanzado en la erradicación de la pobreza extrema, en la lucha contra el VIH o en el acceso universal a la educación primaria? La respuesta es agridulce. El informe en el que la ONU examina la consecución de los Objetivos del Milenio, publicado este martes a poco más de un año de que se cumpla el plazo en el que tenían que conseguirse, revela que algunas de las metas se han alcanzado. Es el caso de la reducción a la mitad del número de personas que viven en situación de pobreza extrema —con menos de un 1,25 dólares al día—. Pero la mayoría de los retos se han quedado a medio camino, aunque se hayan producido progresos respecto al punto de partida.

“Los esfuerzos coordinados de los gobiernos nacionales, la comunidad internacional, la sociedad civil y el sector privado han fomentado un renacer de la esperanza y de las oportunidades para las poblaciones de todo el mundo. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para acelerar esos avances. Se necesitan acciones más audaces y específicas donde todavía existen brechas”, escribe el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon en el prólogo del documento.

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Los objetivos de desarrollo sostenible que se fijarán a partir de 2015 todavía están por decidir. Pero a tenor de los resultados de los ODM, la situación de arranque será, en cualquier caso, mejor que la que había en el año 2000. Este es el progreso que han registrado hasta junio de 2014, según el informe de la ONU que señala, no obstante, las dificultades para recabar datos en algunos capítulos en tanto que muchos países carecen todavía de estadísticas oficiales y fiables.

1. Erradicar la pobreza y el hambre

Se ha conseguido reducir a la mitad el porcentaje de personas que viven con menos de 1,25 dólares al día, que es lo que la ONU considera pobreza extrema, respecto a las que había en 1990. Según cálculos del organismo, 700 millones de personas menos viven en esta situación. Así, mientras que aquel año la mitad de la población de los países en vías de desarrollo era paupérrima, en 2010 lo eran dos de cada 10 ciudadanos.

China ha sido el país donde más se ha reducido, pues ha pasado de tener un 60% de su población en situación de pobreza extrema a un 12%. Pese a su gran avance, el país asiático es el segundo del mundo, por detrás de India, que mayor cantidad de personas pobres aporta a la estadística global. Así, un el 30% de los que hay del mundo son indios, el 13% son chinos, y les siguen Nigeria (9%), Bangladesh (5%) y República Democrática del Congo (5%).

En África subsahariana es donde menos progresos se han producido en la lucha contra la pobreza extrema, que apenas ha caído del 56% en 1990 al 48% en 2010. Una reducción que queda muy lejos del objetivo y que significa que todavía la mitad de los ciudadanos en esta zona del mundo no disponen de 1,25 dólares al día.

Pese a que globalmente sí se ha conseguido esta meta del ODM 1, el resto de capítulos quedan pendientes para 2015. “Alcanzar el empleo pleno y un trabajo decente para todos, incluyendo las mujeres y jóvenes” es una meta incumplida en todos sus puntos. El empleo vulnerable (definido como el porcentaje de trabajadores familiares auxiliares y por cuenta propia) es todavía mayoritario en las regiones en desarrollo. Representa el 56% del total de los trabajos. Y las mujeres son las que suelen llevarse la peor parte, pues ellas son las que normalmente ocupan las posiciones más precarias, inestables y peor pagadas, según indica el informe de la ONU.

Los datos son más positivos en cuanto al reto de reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre en el mundo. Mientras que en 1990, un 23,6% de la población no podía obtener alimentos de forma regular para llevar una vida saludable, en 2011 el porcentaje cayó hasta el 14,3%. De continuar la tendencia a la baja de este indicador, en 2015 se habría logrado el objetivo. Pero la ONU alerta de que en los últimos años, desde que comenzó la crisis, el avance se ha ralentizado. Por eso hace un llamamiento a redoblar esfuerzos “especialmente en los países que han avanzado poco". De nuevo, la mayor parte de ellos están en África subsahariana, donde una de cada cuatro personas no tiene garantizado el sustento.

2. Lograr la enseñanza primaria universal

Este es uno de los objetivos que se queda a medio camino pese a que se ha progresado considerablemente en la reducción de la cantidad de niños que no asisten a la escuela. Entre 2000 y 2012, el porcentaje de menores matriculados en los cursos de educación primaria ha pasado del 83% al 90%. Un incremento que se acerca al objetivo, pero no lo alcanza. El dato empeora si además se tiene en cuenta que uno de cada cuatro menores que asisten a la escuela en las regiones en desarrollo abandonará los estudios antes de completar el ciclo, según las estimaciones recogidas el informe de la ONU. “La alta tasa de deserción escolar sigue siendo un gran obstáculo para lograr este objetivo”, reconoce el organismo.

Todavía 58 millones de niños en edad escolar no van al colegio y la mitad de ellos vive en áreas afectadas por conflictos. Otros factores que afectan muy negativamente a las tasas de alfabetización son la situación de pobreza, el género y el lugar de residencia. Los pobres, las niñas, y los menores con discapacidad tienen mayores probabilidades de quedar excluidos de los sistemas educativos. Sirve de ejemplo que solo un 23% de las pequeñas subsaharianas residentes en zonas rurales finalizaron la primaria el pasado año.

En este apartado, la ONU no pierde la oportunidad de reprender a los países donantes por la caída de ayuda internacional destinada a la educación. “Ya antes del colapso económico, los donantes no cumplieron con el compromiso adquirido en Dakar en 2000 de que ningún país quedaría abandonado por la falta de recursos. Recientemente, los donantes se han despegado más todavía de esa promesa”, advierte el informe. Solo entre 2010 y 2011, los fondos para la enseñanza básica cayeron un 7%, apunta el documento.

La ONU denuncia además que se ha abandonado precisamente a los países más pobres y necesitados de ayuda: “Los de bajos ingresos, que recibieron un tercio de la ayuda total para educación en el rubro de enseñanza básica, constataron un descenso en la ayuda para ese fin (-9%), lo cual contrasta con el aumento en los países de ingresos medios”.

3. Promover la igualdad de género y empoderamiento de la mujer

Este objetivo está entre los que la ONU considera que se han cumplido. “En todas las regiones en desarrollo se están eliminando las disparidades en la matriculación de niños y niñas”, señala. En cuanto a la participación política de las mujeres, subraya: “En enero de 2014 había 46 países que en los que el 30% de parlamentarios era féminas. Ahora hay más mujeres al frente de las carteras ministeriales consideradas duras como Defensa, Relaciones Exteriores y Medio Ambiente”.

Pese a la celebración de estas conquistas, el informe redactado por la ONU no olvida que queda mucho camino por recorrer en materia de igualdad de género. Todavía las mujeres ganan menos que los hombres por el mismo trabajo, casi en cualquier parte del mundo. Y en algunas regiones, ellas ocupan la mayoría de los subempleos, los peor remunerados, informales o precarios, así como aquellos a tiempo parcial. Y sobre ellas sigue cayendo el peso del cuidado familiar.

4. Reducir la mortalidad de los niños menores de cinco años 

En 2012 murieron 6 millones de niños menores de 5 años menos que en 1990. Así, la mortalidad infantil se ha reducido a la mitad en poco más de dos décadas pasando de 90 fallecidos por cada 1.000 nacimientos a 48. Es un “sustancial avance”, indica la ONU, que sin embargo no es suficiente para lograr la meta de disminuir este drama en dos terceras partes.

El dato sonroja si te tiene en cuenta que la mayoría de las muertes de los pequeños se produce por dolencias previsibles. De los 6,6 millones de infantes que fallecieron en 2012, “la mayor parte murió por enfermedades infecciosas como neumonía, diarrea y paludismo”. Unos padecimientos que se ceban con los más pobres, debilitados por la desnutrición, un factor asociado a la mitad de las defunciones. África subsahariana y Asia meridional son las regiones que registraron los mayores números de muertes de menores de 5 años, con 8,2 y 2,1 millones respectivamente.

Sin embargo, la ONU apunta que es posible reducir la tasa de mortalidad independientemente del nivel de ingresos de un país. Si bien las diferencias entre países de ingresos altos y bajos todavía son importantes. En los primeros, mueren 6 de cada 1.000 nacidos vivos (datos de 2012); en los segundos, 82 de cada 1.000.

5. Mejorar la salud materna

Este objetivo es una de las piedras en el zapato de los ODM. Solo en 2013, murieron 300.000 mujeres por causas relacionadas con el embarazo y el parto. “La mayoría de las muertes se puede prevenir”, recuerda la ONU. Desde 1990 se ha reducido la mortalidad materna un 45%, pasando de 380 a 210 defunciones por cada 100.000 nacidos vivos. Una caída que está lejos de lo comprometido: reducir tres cuartas partes ese porcentaje.

El dato se explica en parte por la precariedad de los servicios de salud en muchos países. Los progresos en este sentido han sido tímidos. En 2012, 40 millones de mujeres dieron a luz sin asistencia médica; de los 32 ocurrieron en zonas rurales. Partos en soledad y normalmente en condiciones poco higiénicas. Basta una pequeña complicación para que el desenlace sea fatal.

6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades

“Entre 2000 y 2012, las intervenciones contra el paludismo salvaron la vida de más de tres millones de niños. Y se calcula que desde 1995 los ingentes esfuerzos para combatir la tuberculosis han salvado la vida de 22 millones de personas”. De seguir la tendencia a la baja, en 2015 se habrá conseguido la meta de reducir la incidencia de ambas enfermedades, vaticina la ONU.

En cuanto a la reducción de la propagación del VIH/SIDA, es menos optimista. Aunque se producen menos nuevos casos de infecciones al año que a principios de siglo, “todavía hay demasiados". Por eso hace un llamamiento a la expansión de los tratamientos antirretrovirales, así como a intensificar las campañas para que los jóvenes tengan un mayor conocimiento acerca del virus “para evitar que siga diseminándose”. En 2012 murieron diariamente casi 600 niños, uno cada dos minutos y medio, por causas relacionadas con el SIDA, zanja el capítulo.

7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente

Poco hay que celebrar en este apartado. Las señales de alarma sobre el cambio climático, los huracanes, las sequías e inundaciones cada vez más frecuentes, no acaban por despertar a los gobiernos e instituciones internacionales para tomar medidas drásticas en este sentido. Los datos de la ONU no hacen sino corroborar que el mundo camina en la dirección contraria a la que debería tomar para no colapsar el Planeta y agotar los recursos para las generaciones futuras.

Desde 1990, las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado casi un 50%. Y todos los años se pierden millones de hectáreas de bosques, además de que muchas especies animales están a punto de extinguirse, alerta el informe.

Pese a los desalentadores datos, hay indicadores positivos en cuanto al acceso a instalaciones sanitarias y agua potable en el mundo. “Para 2.300 millones de personas, el agua potable es una realidad desde 2010, cinco años antes de lo programado. Y casi 2.000 millones lograron tener sistemas de saneamiento”, se congratula la ONU que, sin embargo, recuerda que todavía 1.000 millones de personas defecan al aire libre. Los habitantes de áreas rurales, así como las capas más pobres de la población urbana, son los que mayoritariamente aún sueñan con un grifo o un retrete.

8. Fomentar una alianza mundial para el desarrollo

Pese a las críticas por parte de organizaciones de la sociedad civil que ha suscitado la falta de concreción de este objetivo, lo que dificulta medir si se ha logrado o no, la ONU lo sitúa entre los conseguidos. Destaca que en 2013 la ayuda al desarrollo aumentó un 6,1% respecto a la de 2012, tras dos años en los que había registrado caídas. En conjunto, los países del Comité de Asistencia para el Desarrollo, entre los que está España, destinaron el 0,3% del ingreso nacional bruto. Por debajo, apostilla, del 0,7% al que se habían comprometido y que solo Dinamarca, Luxemburgo, Noruega, Reino Unido y Suecia, han alcanzado.

*La ilustración de portada es de María José Durán.

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Sobre la firma

Alejandra Agudo
Reportera de EL PAÍS especializada en desarrollo sostenible (derechos de las mujeres y pobreza extrema), ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Miembro de la Junta Directiva de Reporteros Sin Fronteras. Antes trabajó en la radio, revistas de información local, económica y el Tercer Sector. Licenciada en periodismo por la UCM

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