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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Bocas cerradas en Washington

Alguien dictó que a la conferencia de prensa Rajoy-Obama acudieran sólo ciertos medios y excluyó a otros

MARCOS BALFAGÓN

No hay preguntas en boca cerrada. Este oficio, el periodismo, se inventó preguntando; cada periodista es una pregunta, y si quitas periodistas de una rueda de prensa, como pasó con la comparecencia del presidente Rajoy en Washington, estás quitando preguntas.

Decía el escritor austriaco Peter Handke (en El chino del dolor) que el hombre “consiste de preguntas”. Los periodistas viven de eso: si no preguntan, no saben. Y ya se sabe que las preguntas no ofenden, ni son indiscretas, sino las respuestas. Pero si se cierran algunas bocas de los que han de preguntar, pues entonces la ecuación se quiebra. Demasiados servidores públicos en este país desearían que no hubiera preguntas: es más cómodo hablar y hablar y recibir luego el aplauso de la sala.

Ha ocurrido ahora algo que ya no es insólito en la relación poder-prensa: alguien dictaminó que a la conferencia de prensa Rajoy-Obama acudieran sólo ciertos medios. Y excluyó a otros.

EL PAÍS estuvo; pero no El Mundo, que es el segundo periódico de España; tampoco El Periódico de Catalunya, ni la Ser, que es una cadena de radio española —la más escuchada, casualmente— y también, a través de PRISA Radio, una cadena americana (incluido EE UU), con un total de 1.250 emisoras y 28 millones de oyentes en español (y a la que, por cierto, Obama ha concedido ya dos entrevistas). Tampoco estuvo Telecinco. La decisión de que fueran unos (RNE, TVE, Efe, Onda Cero, Antena 3, la Cope) y no esos otros no obedece a reglamento alguno ni a una norma no escrita. Tampoco depende la calidad de ese numerus clausus de la Administración norteamericana, sino del albur español. Fuera cual fuera el criterio utilizado, el resultado fue sesgado e inaceptable.

Entre las actividades del presidente español en EE UU, esa comparecencia era la que más densidad informativa podía tener, por las preguntas de los periodistas. Si no, ¿para qué iban? Mario Benedetti contaba este grafiti descubierto en una calle de Quito: “Cuando teníamos las respuestas nos cambiaron las preguntas”. Como Rajoy ya debía tener las respuestas, cuantos menos periodistas pudieran cambiarle las preguntas, mejor.

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