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Mar Flores, en el papel de mujer de imputado

Modelo se casa con exitoso empresario nocturno. Pero, en lugar de gozar de una vida de lujos, él acaba acorralado por la justicia, y ella, defendiendo en los ‘photocalls’ el honor de su marido

Luis Gómez
Javier Merino, este verano en Ibiza.
Javier Merino, este verano en Ibiza.CORDON

Consecuencia de un efecto óptico digno de estudio, Javier Merino sale en las últimas fotografías cada vez más bajo y su mujer Mar Flores, cada vez más alta. O así parece. Puede existir alguna explicación física a este fenómeno (un uso inteligente de los tacones) o ser una consecuencia del cambio de papeles que sufre la pareja como consecuencia de los últimos avatares: Mar Flores ha dejado su retiro-dorado-tras- boda-con-empresario-de-éxito para ser mujer de imputado. En su nuevo papel defiende el honor de su marido y pasea su triste sonrisa por platos y photocalls.

En la liturgia sacramental del matrimonio no está contemplado el apartado “hasta que el fracaso económico os separe”, pero ya hay especulaciones sin fundamento pero malintencionadas sobre qué será de una mujer que acaba de emerger hasta la superficie después de una discreta existencia entre parto y parto (cuatro hijos, dos de ellos mellizos). No hace mucho, su marido-empresario-de-éxito organizó una fiesta en su honor (bueno, en el del local Fortuny, que cumplía 15 años y es su bastión hostelero más conocido) y, según se aprecia en el ¡Hola!, la aistencia de famosos fue más propia de una evento de Segunda B, que en esto también hay Champions League. Era la señal más inquietante de que la jet no comulga con los imputados, por mucho que Mar Flores proclame la inocencia de su marido.

El marido, Javier Merino, no habla en todo este proceso y ha puesto a trabajar como portavoz a su mujer. Ha elegido el segundo plano (donde, por otra parte, ha estado siempre) y ha manifestado a través de Mar Flores que acudirá al Constitucional.

Resumiendo, Merino está implicado en dos casos muy diferentes: en la vieja operación Astapa de corrupción en Estepona y en un caso muy concreto referente al uso de información privilegiada en la venta de unas acciones de Occidental Hoteles. En el primero, es un imputado más en una larga lista; en el segundo, la imputación es exclusiva para él y la petición de condena suma dos años de cárcel y una multa de dos millones. No es una broma.

Está implicado en un caso de corrupción en Estepona y en otro de uso de información privilegiada

La investigación del fiscal Alejandro Luzón analiza pormenorizadamente cómo Javier Merino, que es miembro del consejo de administración de Occidental Hoteles, acude a todas las reuniones donde se va decidiendo cómo se va a vender la cadena hotelera, quiénes son los primeros candidatos a la compra (entre ellos el fondo de Amancio Ortega y el BBVA) y finalmente qué precio de compra se determina (4,94 euros por acción) cuando se decide vender los hoteles a la cadena Meliá. Todos esos detalles los conocía Javier Merino, según el fiscal. Sin embargo, el precio de las acciones llegó a ser mucho más elevado como consecuencia de rumores sin fundamento: hasta 10 euros. Javier Merino, viendo venir que su obligación era vender su paquete (3,72%) al precio acordado, supuestamente dio orden de hacerlo cuando la acción estaba en 7,71 euros. Habría obtenido, por tanto, una ganancia ilícita superior a 1,5 millones de euros.

No fue ésta la única circunstancia adversa que ha vivido el otrora empresario de éxito. Algunas informaciones han dado cuenta de que su yate Fortuny ha sido embargado por Hacienda. Dicen que por algún tipo de presunto fraude fiscal, un hecho sin confirmar a la espera de que Mar Flores aporte alguna novedad. Merino mantiene la administración de 22 sociedades, pero una buena parte de ellas (caso de las relacionadas con negocios de petróleos u otras actividades no hosteleras) están en administración concursal. Hay demasiados jueces (mercantiles y no mercantiles) alrededor de la vida de Javier Merino.

Que la pareja no haya podido disfrutar de su yate este verano ha debido de ser un contratiempo, pero no parece que haya afectado a Mar Flores. Corren tiempos en los que la corrupción invade todos los rincones de la sociedad, la humana y la divina de las revistas. Estas, tendentes a inclinarse por el lado femenino de las cosas, abren página a nuevos escenarios, como este de mujer de imputado que ahora interpreta tan certeramente Mar Flores.

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