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El Gobierno español pide la liberación de los presos políticos

El Ejecutivo de Rajoy evita condenar la muerte, pero sí lo hace el PP

Carlos E. Cué

El nuevo Gobierno español reaccionó ayer con cautela ante el fallecimiento del preso cubano Wilman Villar, tras 50 días en huelga de hambre. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría expresó su "consternación" por la muerte del disidente y aprovechó la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para hacer "un emplazamiento a las autoridades cubanas por la liberación de todos los presos políticos".

En la oposición, el PP fue muy crítico con la política exterior del Gobierno de Zapatero hacia Cuba. El equipo de Rajoy, y en especial su jefe de Gabinete, Jorge Moragas, fue siempre muy duro con el régimen castrista. El PP trabajó con sus aliados europeos para que se mantuviera la Posición Común que la UE adoptó en la época de Aznar; mientras, el Ejecutivo del PSOE intentaba eliminarla y obtenía de La Habana la excarcelación de decenas de presos políticos.

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Llegados al poder, los populares son mucho más prudentes. Sáenz de Santamaría trasladó, en nombre del Gobierno, la "condolencia y pesar a los familiares y amigos" de Villar; y agregó que la política exterior española "tendrá siempre como horizonte la defensa de las libertades políticas y la protección de los derechos humanos, especialmente en el caso de Cuba". Se trata de una apelación directa al régimen, pero que evita cuidadosamente el término condena.

"El Gobierno está consternado. Esta muerte nos tiene que llevar a lograr la libertad de todos los presos políticos. El Gobierno trabajará con la Unión Europea para lograr un horizonte de democracia en Cuba", remató la vicepresidenta.

En la misma línea, el Ministerio de Asuntos Exteriores hizo público un comunicado en el que anunciaba que el ministro, José Manuel García-Margallo, se pondría en contacto con la familia del disidente para manifiestarle "su pesar por este triste desenlace" y "su preocupación por la situación que afecta a los ciudadanos que expresan su disconformidad con las autoridades de la isla".

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Más duro se mostró el diputado y secretario técnico del Grupo Popular, Teófilo de Luis, quien condenó "las circunstancias" que rodearon la muerte del disidente, denunció la "actitud represiva" que ejerció sobre el preso "la dictadura castrista" y reclamó "una contundente respuesta por parte de los demócratas".

Por su parte, la portavoz del PSOE en la Comisión de Exteriores del Congreso, Elena Valenciano, lamentó la muerte del recluso, trasladó sus condolencias a familiares y amigos y pidió al Gobierno cubano "que prosiga con la liberación de los presos políticos que aún quedan en las cárceles cubanas".

"El PSOE espera que Cuba siga avanzando en su programa de reformas políticas y reitera su compromiso de diálogo con las autoridades y con el pueblo cubano", agregó Valenciano.

Berta Soler, una de las líderes de las Damas de Blanco, habla por teléfono en la sala donde se ha habilitado un libro de condolencias, en La Habana.
Berta Soler, una de las líderes de las Damas de Blanco, habla por teléfono en la sala donde se ha habilitado un libro de condolencias, en La Habana.FRANKLIN REYES (AP)

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