"A los estudios solo les interesan los fuegos artificiales, la acción"

Bryan Singer ha debido de pactar con el diablo. Primero, porque no aparenta los 46 años que cumplió en septiembre. Segundo, porque asegura que nunca se ha encontrado en la terrible situación de que un gran estudio le metiera mano a una película suya, caso casi inaudito en Hollywood. Y tercero, porque, salvo el tremendo resbalón de Superman returns, su carrera se ha mantenido casi inmaculada, moviéndose entre grandes títulos y obras soberbias. Es el responsable de Sospechosos habituales, de Verano de corrupción, de Valkiria y de las dos primeras X-Men, que arrancaron la actual ola de adaptaciones de cómics en Hollywood.

En el certamen de Sitges no estrena película, aunque acaba de finalizar el rodaje de Jack the giant killer. Y como productor no descansa ni un segundo, pero no le ha importado acercarse a recibir, anoche, el Gran Premio de Honor por su trayectoria. "Sé lo importante que son estos festivales. Yo gané de forma milagrosa en Sundance con mi primer filme, Public access, y así se me fueron abriendo las puertas: con ella viajé a Cannes y allí encontré al productor de la posterior Sospechosos habituales. Este me gusta porque está repleto de un público amante del género fantástico y de terror, como yo, y es en ellos en quienes pienso cuando escribo un guión. Ni en mi familia, ni en mis amigos, ni en mí, en ellos".

"Cuando escribo, pienso en los aficionados al género de terror"

"De vez en cuando a todo el mundo le apetece cambiar de pista de circo"

Tras los Batman, hubo unos años de parón en Hollywood antes de que se volvieran a ver a superhéroes nacidos en cómics en la gran pantalla. Singer fue el culpable: con sus X-Men resucitó la economía de la editorial Marvel y empezó la época contemporánea de Spiderman, Superman, Hulk, Los vengadores o Los cuatro fantásticos. "Por partes. Puede que yo sí sea el culpable de esta ola, pero para mí el gran precursor es Richard Donner. A él se le ocurrió en sus Superman eso de poner actores serios y buenos como Gene Hackman o Marlon Brando en personajes de tebeos para darles vida. Creo que este género puede servir para contar grandes emociones. X-Men va sobre la tolerancia, porque pienso que cualquier filme de cualquier género debe tener su corazón. Al estudio solo le interesan los fuegos artificiales, la acción, los protas. Un director debe mirar más allá. Y si lo hace la película será buena, y si no, no".

En la rueda de prensa previa a esta entrevista, Singer alerta sobre el peligro de que el dinero corrompa un filme. ¿A él nunca le ha pasado? "No, he mantenido mi libertad creativa y siempre me han respaldado. Llámalo suerte. O que he sabido poner lo que ellos querían y a cambio he salvaguardado mi parcela. Nunca he participado en experimentos puramente financieros".

Entre los proyectos de Singer, que acaba de rodar Jack the giant killer, sobre la leyenda en la que también inspiró la fábula clásica Jack y las habichuelas gigantes, figuran seis proyectos televisivos, además de seguir produciendo la serie House. También dice que tiene una gran idea, aún no desarrollada en guion para el remake de Battlestar Galactica, y un plan de incentivar productos por Internet. "Acabo de finalizar una serie llamada H+ directamente para la web. Tiene mucho gancho, y la he rodado en Chile por la cantidad de localizaciones diferentes que hay en muy pocos kilómetros de distancia. Me atraen las posibilidades cinematográficas de Internet. Como usuario puedes ver en tu casa las películas con una calidad bestial; como creador me puedo permitir jugar con grandes repartos, rodaje rápido y difusión instantánea de mis productos".

Él, que defiende que desde el género se puede hacer cine social y también llegar al arte, ¿qué piensa de directores como Lars von Trier o Michael Haneke, que hacen el camino opuesto, que saltan de las salas de arte y ensayo a la ciencia-ficción? Sonríe. "Me gusta esa idea. Creo sinceramente que a todo el mundo le apetece cambiar de vez en cuando de pista de circo, ¿no? Cuando esos cineastas que mencionas mutan de género, cuando Ang Lee dirige El increíble Hulk o Alfonso Cuarón se pone detrás de un Harry Potter es porque quieren probar otros géneros. No lo hacen por dinero, sino por la experiencia. Y estoy muy a favor de vivir esa sensación".