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Reportaje:Las colecciones de EL PAÍS

Un combate contra los prejuicios

Mañana, con EL PAÍS, el DVD-libro de la película 'Philadelphia', por 4,95 euros

Andrew Beckett es un prometedor abogado que trabaja para un importante bufete de Filadelfia, en la costa Este de Estados Unidos. Andrew es expulsado de la firma con una vaga excusa profesional, aunque la verdadera razón es otra: tiene sida. La película Philadelphia recoge su periplo judicial en busca del reconocimiento de lo injusto de su despido; pero viaja mucho más allá de su entramado argumental y se convierte en un ejemplo de obra comprometida, que aborda con valentía un asunto que, en su momento, aún era casi tabú en el cine comercial estadounidense.

Más aún: Philadelphia muestra pronto sus intenciones y diserta de manera militante sobre la intolerancia contra los homosexuales y sobre la discriminación sufrida por los enfermos de VIH; y lo hace cargando las tintas en el problema de la ignorancia, siempre creadora de miedos y prejuicios. Una de sus secuencias más importantes muestra la visita de Andrew al abogado Joseph Miller (interpretado con convicción por Denzel Washington), tras haber sido rechazada su defensa por otros nueve letrados. El espectador, ante la presencia de un abogado negro, piensa en la inmediata adhesión de este, al tratarse de un caso de discriminación; pero Philadelphia no juega con cartas previsibles: Joseph es homófobo y tiene miedo de la terrible enfermedad. Solo cuando aprenda a ver a Andrew como un ser humano demolerá sus prejuicios y aceptará su defensa.

Diserta de manera militante sobre la intolerancia contra los homosexuales

Así, el filme se convierte también en la emotiva historia de una amistad que rompe escrúpulos y escrúpulos.

Philadelphia (1993) viene avalada por el director Jonathan Demme, que había dinamitado las taquillas con El silencio de los corderos. Este éxito cimentaba su prestigio ante los estudios de Hollywood para llevar adelante un proyecto tan conflictivo. Por supuesto, el filme sería otro sin el demoledor trabajo de Tom Hanks (incluida una transformación física que le llevó a perder más de 20 kilos). Su interpretación le valió el primero de sus dos Oscar consecutivos en 1994 -el año siguiente lo obtendría por Forrest Gump-, en una hazaña que nadie lograba desde que lo consiguiese Spencer Tracy en 1938 y 1939, y que no se ha vuelto a repetir.

Los espectadores españoles siempre recordarán Philadelphia como la película que introdujo en Hollywood a Antonio Banderas, quien logró un matizado trabajo como el fiel compañero sentimental de Hanks. La banda sonora del filme correría a cargo de Howard Shore, enriquecida por la canción compuesta por Bruce Springsteen, Streets of Philadelphia, que acompañaba los créditos de la película.

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