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68ª edición de la Mostra de Venecia

El psicoanálisis es un cachondeo

Toni García

Otro día más en el Lido de Venecia y otra rueda de prensa al canto. Al menos esta vez David Cronenberg y los suyos se esforzaron por resultar interesantes (no tuvieron que hacer un gran esfuerzo, todo sea dicho). Acompañaron al realizador canadiense las actrices Keyra Knightley y Sarah Gadon y los actores Michael Fassbender y Viggo Mortensen. Knightley confesó para empezar: "Christopher Hampton

[autor de la obra de teatro The talking cure en la que se basa su guion] me dio un montón de libros con los que documentarme, hablé con psicoanalistas y, por supuesto, leí los diarios de la auténtica Sabina Spielrein". Cuestionada sobre su repetidísima presencia en películas de época la intérprete no pudo reprimir una sonrisa: "Me encantan los libros de historia y poder hacer esa clase de papeles forma parte de mi trabajo, es un auténtico privilegio", admitió Knightley.

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Mortensen, futbolero de pro (el año que se proyectó en Venecia La carretera se presentó en las entrevistas con la camiseta de la selección argentina), entró a la sala con un peluche del San Lorenzo de Almagro, su club de toda la vida. Al ser preguntado al respeto y antes de que pudiera responder Cronenberg quiso tomarle el pelo: "¿Veis? Esta clase de cosas son las que tenía que aguantar cada día en el rodaje". Muchas risas y más preguntas, esta vez para Fassbender: "¿Que cómo me preparé para ser Jung? Bueno, el guion era tan denso que tuve que aprendérmelo a base de repetir. En cuanto a la preparación en sí, me dieron un libro para niños que explicaba la historia del psicoanálisis y allí encontré todo lo que necesitaba". Más cachondeo.

Como de costumbre tuvo que ser Cronenberg el que pusiera la puntilla: "Tenéis que pensar que hay toneladas de correspondencia entre todos esos personajes, y quiero decir toneladas. Cada día recibían y enviaban entre cinco y ocho cartas. Era como Internet antes de Internet", explicó. La última perla antes de bajar el telón fue de nuevo para el canadiense, que explicó de forma muy sui generis las razones que le llevaron a escoger a los actores y actrices allí presentes: "Tengo que decir que todo el reparto escogido necesitaba urgentemente el psicoanálisis. En realidad los contraté para que entendieran que necesitaban ayuda... y miradlos ahora, son mejores personas. Antes eran unos neuróticos". Carcajada final y a otra cosa.

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