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Reportaje:

Ciencia china 'duplicada' en Galicia

Una revista científica de EE UU retira dos artículos de investigadores de la Universidad de Vigo por copiar textos ya publicados por autores chinos

¿Chapuza? ¿Error muy grave? ¿O se trata directamente de un plagio? Lo llaman "publicación duplicada". Un grupo de investigadores de la Universidad de Vigo (en Ourense) dirigido por el catedrático Juan Carlos Mejuto, del Departamento de Física Química, publicó el año pasado dos artículos científicos en una revista de la Sociedad Americana de Química que, sorprendentemente, reproducían textualmente -en uno de los casos- o casi -en el otro-, el resumen inicial de otros dos artículos publicados por científicos chinos en 2007 y 2009.

El pasado 11 de enero, la revista, Journal of Chemical and Engineering Data, comunicó oficialmente su decisión de retirar los dos artículos del grupo español por tratarse de "publicación duplicada", aclarando que "porciones significativas de estos artículos habían sido previamente publicados por diferentes autores" en otras revistas.

El catedrático Mejuto aduce que fue un error al enviar los archivos
"Soy un chapucero, pero no un tramposo", se defiende el autor

En uno de los artículos de Vigo coincide, palabra por palabra, el resumen inicial y el largo primer párrafo del artículo, exceptuando la última línea.

Es un caso obvio de mala práctica científica acerca del cual la Universidad de Vigo decidió, el pasado 29 de marzo, poner en marcha un comité para investigar el asunto. Mientras tanto, dicha institución comunicó a este periódico que ninguno de sus responsables se pronunciarán sobre el caso.

Se trata de unas investigaciones sobre métodos de cálculo para determinar propiedades físicas de unos polímeros. Los dos artículos son muy técnicos y arrancan, como todas las publicaciones científicas, con un resumen de unas pocas líneas en las que se suele adelantar el problema tratado y los resultados de la investigación que posteriormente se van desmenuzando.

Mejuto comentó ayer a EL PAÍS que asumía toda la responsabilidad, que tres de los firmantes eran estudiantes de doctorado y otros dos, profesores que realizaron aportaciones parciales al trabajo. Mejuto reconoció que se trata de "malas practicas y negligencia" por su parte, pero que en ningún momento hubo intención de violar las normas éticas. "Reconozco que soy un chapucero pero no soy un tramposo; esto es un error, pero no un plagio", afirmó.

Su explicación de la "chapuza" es la siguiente: se utilizaron los primeros párrafos de los artículos de los chinos para redactar los propios trabajos (se aducen dificultades de escribir en inglés) y por error se enviaron a la revista los ficheros previos y no los de los artículos definitivos. Luego se publicaron y ninguno de los seis firmantes volvió a mirar esos trabajos suyos ni alertó del error, hasta que la revista se puso en contacto con Mejuto.

En uno de los casos se aduce también un error en una cita (precisamente de los dos chinos cuyos artículos fueron duplicados), pero el resumen inicial de Vigo es también idéntico al un trabajo publicado en 2009 por científicos de la Universidad de Hunan, excepto por dos líneas añadidas en Vigo.

Mejuto destaca que se trata de un obvio error ya que ese resumen inicial de su artículo no corresponde con el trabajo y los resultados expuestos más adelante y señala que ni la revista, ni los revisores del trabajo se dieron cuenta. Además, insiste, el interés de sus resultados reside en que son más precisos que los de los colegas de Hunan (China).

Los artículos científicos, esenciales para el currículo de un investigador, antes de ser publicados son revisados por especialistas de la materia que dictaminan sobre si es un trabajo novedoso, importante y si está correctamente realizado. Los autores son muy cuidadosos con los artículos que envían a publicar.

El caso de la Universidad de Vigo, en el que no se repasa el trabajo, se confunden ficheros informáticos de la versión definitiva y los borradores y luego ninguno de los seis autores vuelve a mirar los trabajos publicados en una revista de la Sociedad Americana de Química, resulta insólito.

La respuesta de Mejuto a la revista cuando se puso en contacto con él sobre estos dos artículos, dice: "Quisiera expresar mi gran sorpresa acerca de la sospecha de plagio...". El catedrático asume la duplicación de los textos chinos y explica el caso. En su defensa alega que "en ningún caso hubo intención de apropiación de ideas, procesos, resultados o palabras de otras personas sin la debida acreditación" y al final reconoce "la gravedad" de los errores.

Al margen de su carta oficial a la revista, el catedrático de Vigo considera que el escándalo en torno al asunto responde a "una política de acoso y derribo" en su universidad por decisiones que se tomaron mientras él fue decano. La revista ha sancionado a los autores con dos años sin poder publicar en sus páginas.

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