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La inversión industrial se desploma un 50% y solo resiste la química

El gasto en Alicante representó el 16,7% del total de la comunidad autónoma

Los casi 1.200 millones de euros que invirtieron las industrias valencianas en 2008 quedaron reducidos a menos de 598 millones de euros, que fueron los registrados durante el pasado año. Así, la inversión industrial en la Comunidad Valenciana sufrió una caída de casi el 50% durante el ejercicio pasado pese al tirón de cuatro proyectos, que concentraron un 33% de la inversión total. Entre ellos, se encuentra el gasto efectuado por la industria química en Castellón, que supuso el 23% de la inversión total autonómica. Durante 2008, las grandes inversiones alcanzaron los 863 millones de euros, mientras que durante el año pasado ascendieron a poco más de 200.

La memoria sobre la situación socioeconómica y laboral de la Comunidad Valenciana, elaborada por el Comité Económico y Social (CES), refleja cómo el retroceso se debió, fundamentalmente, a la rebaja de inversión en las ampliaciones, ámbito que experimentó un retroceso del 62,8%, mientras que en los nuevos proyectos fue del 41,4%.

La industria supuso el 12,7% del PIB valenciano el año pasado
En Navarra y País Vasco, con mucho menos paro, alcanza el 23,8%, y el 21,4%
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Por sectores, aparece muy destacada la industria química (29,4%), seguida de la energía y agua (17,4%), la alimentación y la fabricación de materiales de construcción (8% y 7,2%, respectivamente). Tras ellas se sitúan artes gráficas y edición (5,6%), la fabricación de productos metálicos (5,1%) y la cerámica (4,2%).

Por provincias, la industria de Alicante registró tan solo una inversión de 100 millones de euros (16,7% del total de la Comunidad), mientras que en Castellón se alcanzaron los 233,1 millones (39%) y en Valencia se situó en 264,3 millones (44,3%).

La memoria hace hincapié en el hecho de que en los últimos años "se está observando una tendencia de creciente debilidad de la inversión registrada en las provincias de Alicante y Castellón". El informe sostiene que esto se debe al "frenazo" de actividades tradicionales que conforman el tejido productivo de Alicante (textil, calzado, juguete) y, en el caso de Castellón, a su "atonía inversora", que se identifica con la evolución del azulejo, afectado por la crisis, con un recorte notable de la inversión, sobre todo en las comarcas de La Plana.

Dado que es otro indicador revelador, la memoria refleja también los datos de consumo de energía eléctrica de la industria valenciana. Los datos recogidos en 2009 muestran unas tasas de variación negativas durante los tres primeros trimestres del año, con una caída media en ese periodo del 19,3%.

El panorama descrito por el CES pone todavía más difícil el objetivo de reindustrialización en el que han terminado confluyendo, aunque a diferente ritmo, los partidos y los agentes sociales valencianos. El plan presentado por UGT-PV, que fue bien recibido por los empresarios y que respaldó con entusiasmo el PSPV-PSOE hace una semana, fija como meta que la industria alcance el 25% del Producto Interior Bruto valenciano. Para lograrlo, la economía valenciana tendría que dar un giro radical a su tendencia: desde el año 2000 la industria ha ido decayendo al ritmo de casi un punto porcentual cada año. Al principio de la década representaba el 19,5% del PIB. El año pasado, el 12,7%.

Más paradójico aún resulta que su hundimiento relativo haya sido el mayor experimentado por ningún sector, a pesar del más que visible daño sufrido por la construcción. Entre 2006 y 2009, el ladrillo ha perdido un 0,7% de su peso en el PIB, hasta quedarse en el 10,5%. En ese mismo periodo, la industria se ha dejado por el camino más del triple: un 2,3%.

El objetivo del 25% está planteado, de ese modo, como un horizonte hacia el que ponerse a caminar, al menos a corto plazo. Pero tampoco es descabellado: a pesar de la crisis, la industria suponía el pasado año un 23,8% del PIB en Navarra, y un 21,4% en el País Vasco, dos de las comunidades autónomas que mejor están resistiendo la crisis, al menos en lo referido al paro. En Cataluña, en cambio, su peso se ha reducido al 15,5%, en un proceso similar al valenciano (en 2000 todavía suponía el 23,1%, y su declive ha ido acompañado de un crecimiento del ladrillo, aunque sin llegar nunca a la barrera del 10%).

La caída de la industria ha ido de la mano del retroceso exportador. Las ventas al extranjero, una fortaleza histórica valenciana, representan hoy un 10,4% del total de España: casi lo mismo que las andaluzas y las vascas, menos que las madrileñas (12,2%) y la mitad que las catalanas (26%).

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