Yanukóvich exige a su rival que acepte la derrota y deje el Gobierno ucranio
El silencio de la primera ministra contribuye a ahondar la crisis de gobernabilidad
El presidente electo de Ucrania, Víctor Yanukóvich, exhortó ayer a Yulia Timoshenko a dimitir como primera ministra y a pasarse a la oposición. En el primer mensaje a sus conciudadanos tras el recuento final de los votos que confirmó su victoria en los comicios del domingo, el hasta ahora líder de la oposición exhortó también a la coalición parlamentaria actual a disolverse con el fin de comenzar negociaciones para formar un nuevo Gobierno.
"Recuerdo a Timoshenko que la voluntad popular es el fundamento de la democracia y que los líderes democráticos aceptan los resultados de la expresión de la voluntad popular. Nuestro país no necesita otra crisis política. La gente ha votado por un cambio de Gobierno. Le pido a la primera ministra que tome la decisión correcta y se pase a la oposición", dijo Yanukóvich. La aludida no parecía tener ninguna intención de hacer caso a su rival y seguía empeñada en impugnar su victoria por la vía judicial.
En el sistema político de Ucrania, las exhortaciones de Yanukóvich son deseos y no órdenes. El cargo del jefe del Gobierno no depende del presidente, sino del voto de una mayoría simple de la Rada Suprema (el Parlamento), formada por 450 escaños. En el legislativo, Regiones, el partido de Yanukóvich (175 diputados), está en minoría frente a la coalición que aún existe formalmente entre los seguidores de Timoshenko (156), el bloque de Víctor Yúshenko, el presidente saliente, encabezado por Nuestra Ucrania (79), y el grupo del jefe del Parlamento, Vladímir Litvin (20).
Para librarse de Timoshenko, Yanukóvich debe aglutinar una nueva coalición con las fuerzas receptivas al relevo en la jefatura del Estado. Tanto Nuestra Ucrania (escindida internamente) como Litvin ponen precio al cambio de alianzas, lo que obligaría a Regiones a acomodar los intereses de sus nuevos aliados en un reparto de puestos para el que ya le sobran pretendientes en sus propias filas. Por otra parte, no está excluida definitivamente la posibilidad de que Timoshenko continúe como primera ministra con determinadas condiciones, según indicaba Borís Kolésnikov, uno de los barones de Regiones. Si no se logran acuerdos, la salida de la crisis pasa por la convocatoria de elecciones parlamentarias anticipadas.
Evitando aparecer en público, Timoshenko continuaba ayer preparando demandas ante los tribunales para impugnar la victoria de Yanukóvich. Con su empecinamiento, arriesgaba su credibilidad y contribuía a ahondar la grave crisis de gobernabilidad de Ucrania, que está en una delicada situación económica. Entre los seguidores de Timoshenko, sin embargo, la lógica era otra. "Nos han robado la victoria. Tenemos datos para impugnar los resultados en más de mil colegios electorales", afirmaba el diputado Valeri Kamchatnii, según el cual los observadores internacionales "sólo ven la parte externa del proceso, pero no lo que sucede por dentro".
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