El Raval de Juan Goytisolo
El escritor publica un libro con cartas inéditas del autor francés Jean Genet
Jean Genet (París, 1910-1986), escritor maldito, primero, y que se rebeló contra el orden establecido tanto en lo social y político como en lo artístico y moral, marcó en el antiguo Barrio Chino de Barcelona un territorio moral: robo, prostitución masculina, humillaciones... "Caído en la abyección, Genet decide asumirla y convertirla en virtud suprema".
Lo cuenta Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) en Genet en el Raval (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores), que ayer presentó en la capital catalana.
"Al horror que él sentía por la vanidad literaria le debo mi manera de ser. Genet, que distinguía entre literatura y vida literaria, cambió mi relación con la literatura". Goytisolo le conoció en París en 1955, en casa de Monique Lange, que durante un tiempo fue su esposa y siempre su amiga.
Genet en el Raval reúne cuatro ensayos ya publicados. El primero, que da título al libro, apareció en el suplemento Babelia en enero de este año. El territorio del poeta pertenece a su volumen autobiográfico En reinos de Taifa; Genet y los palestinos procede de Contra las sagradas formas, y El poeta enterrado en Larache se incluyó en El bosque de las letras.
Leídos en su conjunto dan una visión muy personal de Goytisolo sobre el escritor francés y su obra. Genet y los palestinos, por ejemplo, es un sugerente análisis sobre el libro póstumo Un cautivo enamorado, que fue incomprendido y rechazado por la crítica francesa.
El escritor francés estuvo en Barcelona entre noviembre de 1933 y abril de 1934. Fue una experiencia iniciática, cuenta Goytisolo. Le entusiasmaban las locas españolas, decía que eran muy audaces.
Goytisolo relata algunas anécdotas que no tienen desperdicio, como cuando después de mantener sexo con un carabinero le robó su capote, o cómo la primera vez que se vistió de mujer, con un traje de faralaes, se lo pisaron y se rompió.
Genet recibió, un par de años antes de morir, el Premio Nacional de Literatura francés. "Le gustó aún menos que a mí [se refiere al Nacional de las Letras que le dieron en 2008]. Envió a un niño marroquí que trabajaba en un circo, vestido de acróbata, a recogerlo".
Juan Goytisolo rechazó recientemente el Premio Internacional de Novela, dotado con 150.000 euros. "Estaba dotado por el régimen libio. Dicen que el dinero no tiene olor, pero para mí sí lo tiene".
También La Rambla y el Barrio Chino fueron y son un territorio especial para Goytisolo. Empezó a frecuentarlo a partir de 1949. "En la Barcelona de aquella época en la que primaba el nacionalcatolicismo y se oprimía la cultura catalana, las únicas zonas interesantes eran las trastiendas de algunas librerías y el ahora llamado Raval, que era una zona de libertad. Recuerdo las canciones obscenas y anticlericales que se cantaban en el bar Cádiz. Cuando llevé a Monique no podía imaginar que en la España de Franco pudiera existir un islote de libertad como el del Barrio Chino".
"Cuando estoy en Barcelona no se me ocurre otra cosa que pasear por La Rambla. Durante la última etapa de José María Aznar, cuando atacaba tanto a Cataluña, dije que si seguía así me haría independentista de La Rambla y del Chino". Goytisolo destacó, además, las "extraordinarias fotos de prostitución" que EL PAÍS publicó ayer [por anteayer]. "No ha cambiado nada. La historia del Chino continúa. Las ordenanzas no sirven para nada".
La guinda del libro son las cartas escritas por Genet a Goytisolo, entre 1958 y 1974. Son siete y son inéditas. La primera, de 1958, es de armas tomar. La encabeza así: Juana la Maricona, le llama "querido marica" y besa "suavemente sus bellos ojos claros". "Genet se dirigía así a los heterosexuales, con un tono entre peyorativo y burlón. Cuando, como se dice ahora, salí del armario, a Genet le pareció muy divertido y mostró cierta admiración". La tercera, de 1968, sobre la Primavera de Praga, muestra su peculiar opinión: "Ante la catástrofe nacional, el corazón de las putas se parte y vigoriza", dice entre otras cosas.
"Genet era así en lo cotidiano". También solía llamarle el "concubino de Lange" o el "Hidalgo de Lange". ¿No le da cierto corte que se publiquen cartas como la de 1958? "Si a mi edad tengo vergüenza es que no he aprendido nada en la vida".
La correspondencia de los años setenta se extravió en algunos de los numerosos viajes de Goytisolo. La séptima carta que se incluye en este libro apareció misteriosamente en la Universidad de Yale. El escritor aún no sabe cómo llegó allí.
Otra parte de las cartas fue sustraída durante una exposición en Almería. "Se las llevó un cleptómano que tuvo la delicadeza de dejar fotocopias". ¿Ha intentado saber quién fue? "No, yo no hago de policía".
Babelia
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