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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

"Mi hija no sintió nada y de repente se vio en el mar"

El padre de la superviviente del avión yemení narra el rescate

Antonio Jiménez Barca

Baya Bakari, la única superviviente, la adolescente de 13 años que durante doce horas se mantuvo con vida en medio del mar agarrada a un trozo de fuselaje, se ha convertido en el símbolo vivo del accidente del Airbus 310 de Yemenia Airlines que el martes a la una de la madrugada (hora española) se estrelló en el océano Índico con 153 personas a bordo. Tumbada en una cama de un hospital de Moroní, la capital de las islas Comoras, Baya se recupera de sus heridas leves: una fractura de clavícula, quemaduras en una pierna a la altura de la rodilla y un moratón en la cara. "Según me ha contado ella, no sintió nada y de pronto se vio en el mar, oía voces y luego dejó de oírlas", contaba ayer el padre, Karim Bakari, a una televisión francesa.

Poco a poco se van conociendo detalles de la vida de esta joven y de su aventura: reside en las afueras de París, casi no sabe nadar, es muy tímida y su padre se asombra de la capacidad de resistencia que atesoraba. Su madre viajaba con ella al lado. Ha muerto. En un principio, según su padre, no se lo contaron. "Ella decía que a su madre la habían colocado en otra habitación", explicaba el padre, que, por su parte, ha ocultado la mala noticia a los tres hermanos pequeños.

Sin fuerzas

La adolescente fue encontrada de madrugada, a 40 kilómetros de las islas Comoras, flotando, abrazada a un trozo del avión, en medio de un mar movido, rodeada de cadáveres y de restos del naufragio, según explicó ayer uno de los participantes en las labores de rescate. La hallaron temblando frenéticamente, aquejada de un principio de hipotermia. "Le lanzamos un salvavidas pero no tuvo fuerzas para agarrarlo. Tuve que saltar para ayudarla. Temblaba mucho. Le pusimos cuatro mantas, le dimos agua caliente con azúcar, sólo le preguntamos su nombre y el nombre del pueblo en el que había nacido", explicaba en una radio francesa el miembro del equipo de salvamento. La chica, previsiblemente, regresará hoy a París, donde será hospitalizada.

Mientras tanto, se suceden las protestas de las comunidades de comorenses. Se quejan de las condiciones en que deben volar desde Yemen a su país.

Califican los aviones en los que embarcan de "vuelos-basura" y "ataúdes volantes". La compañía Yemenia Airlines ha anunciado que indemnizará a los familiares de las víctimas con 20.000 euros.

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Este accidente se produjo exactamente un mes después de que otro Airbus, con 228 personas a bordo, que cubría la ruta Río de Janeiro-París, se estrellara en el Atlántico.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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