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Italia permite desconectar a una mujer tras 16 años en coma

"¡Ahora vamos a liberar a Eluana!", afirma el padre

Eluana Englaro puede morir en paz, tal y como lo pide su padre desde hace nueve años. El tribunal de Apelación de Milán emitió ayer una sentencia histórica que permite a Beppino Englaro suspender las curas que desde hace 16 años mantienen con vida artificialmente a su hija. Pronto se desconectarán las máquinas que hidratan y alimentan su cuerpo y la naturaleza seguirá su curso. "¡Vamos a liberar a Eluana!", dijo ayer su padre.

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El caso de Eluana ha conmocionado a Italia y al mundo. La joven, que ahora tiene 36 años, tenía 19 la noche del 18 de enero de 1992, cuando se salió de la carretera mientras iba conduciendo. El diagnóstico apareció claro desde el principio: "Coma irreversible". En ausencia de familiares, los médicos decidieron mantenerla con vida artificialmente.

Hay un acuerdo internacional que fija en 12 meses el límite para pasar de coma irreversible a coma definitivo. Fue al vencer esta fecha cuando el padre de Eluana empezó un largo peregrinar entre consultas médicas y legales que le llevaron, en 1999, a pedir al tribunal de Milán el permiso para dejar morir a su hija. Fue la primera sentencia que rechazó su petición.

Pero el año pasado, la Corte de Casación (equivalente del Supremo en España) fijó dos condiciones para poder suspender las curas: "Que se pruebe que se trata de un estado vegetativo irreversible y que se compruebe que Eluana, en el caso de poder elegir, habría preferido no continuar el tratamiento". Lo primero era indiscutible, pero lo segundo era mucho más difícil.

En la sentencia de ayer, los jueces dicen que ha sido "inevitable" autorizarlo por la duración del estado vegetativo y la "extraordinaria tensión de su carácter hacia la libertad y su visión de la vida". La concepción de la vida de Eluana, según explicó el juez que escribió la sentencia, Filippo Lamanna, es "inconciliable" con la pérdida total e irreversible de las facultades psíquicas y el mantenimiento "sólo biológico de su cuerpo, en un estado de absoluta dependencia pasiva desde la voluntad ajena".

Teóricamente, la Fiscalía General puede todavía impugnar la sentencia frente al Tribunal Supremo. Se trata, sin embargo, de una victoria para el padre de la joven, que en varias ocasiones se refirió a la situación de su hija como a "un caso de ensañamiento terapéutico". "Ahora vamos a liberar a Eluana", dijo ayer Beppino Englaro.

Beppino Englaro sujeta una foto de su hija Eluana en 2002.
Beppino Englaro sujeta una foto de su hija Eluana en 2002.EFE

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