Serbia y Kosovo retoman el diálogo sin alterar sus posiciones
Serbios y kosovares cara a cara. Representantes de Belgrado y Pristina se reunieron ayer, por primera vez en meses, para intentar encontrar una vía que rompa con el bloqueo que afecta al proceso por el que se debe establecer la condición futura de la provincia serbia de mayoría albanesa y acabar con un limbo legal que dura ya casi una década. Las espadas se exhibieron ayer en Nueva York y siguen en alto.
Al inicio del encuentro, el presidente serbio, Boris Tadic, dijo que se trataba de "una oportunidad para alcanzar un compromiso histórico y resolver un largo conflicto entre serbios y albaneses". El alemán Wolfgang Ischinger, el ruso Alexandr Botsan-Kharchenco y el estadounidense Frank Wisner actuaron como mediadores.
Los negociadores serbios se presentaron sin cambiar de postura, ofreciendo a Pristina "la mayor autonomía existente en el mundo" y rechazando la opción de la independencia. Tampoco los kosovares cambiaron su posición: sólo aceptan la independencia. El tiempo, entretanto, pasa. El 10 de diciembre es la fecha guillotina impuesta por la comunidad internacional a las partes para que lleguen a un acuerdo sobre el estatus final de Kosovo. Francia, que preside este mes el Consejo de Seguridad, ya ha dejado claro que ésta es una cuestión que afecta sobre todo a Europa, y por eso señala que llegado el momento decidirá en consecuencia para evitar otra crisis.
La UE apoya la solución planteada por el enviado especial de Naciones Unidas para Kosovo,Martti Ahtisaari, basada en la independencia supervisada de la provincia. Washington también defiende esta vía. Moscú la rechaza. Este choque provocó que la cuestión de Kosovo saliera de la agenda del Consejo de Seguridad y quedara confinada al Grupo de Contacto.
