_
_
_
_
_
Reportaje:

Cristo se llama Mario Gómez...

Orusco ensaya una Pasión viviente que involucra a centenares de vecinos de casi todas las familias del pueblo

Francesco Manetto

"La cruz estaba bien anclada al suelo, pero de repente empezó a pender y caer hacia adelante. Jesús de Nazaret ni se inmutó y los centuriones romanos consiguieron sujetarle antes de devolverle a su sitio. Así, la procesión pudo seguir sin incidentes...". Al menos tres versiones coinciden. Los vecinos de Orusco de Tajuña, localidad de 1.200 habitantes del este de la región, recuerdan cada anécdota como un acontecimiento. Sobre todo, cuando hablan de la Pasión viviente. Y de la "valiente" interpretación que el año pasado ofreció Mario Gómez, de 29 años, desde hace cuatro protagonista de una celebración que involucra a centenares de vecinos y a casi todas las familias del pueblo, y que el sábado cumplirá 20 años.

"Lo hablamos, lo vivimos, lloramos de verdad y lo sentimos", dice José Huertas
"Tengo cuatro hijos y sé lo que significa ser madre", dice Catalina, que hace de la Virgen
Más información
... Y Chinchón es Jerusalén

Ninguno de los 160 actores de la representación ha frecuentado academias de arte dramático. Son comerciantes, amas de casa o estudiantes y, sin embargo, se toman muy en serio la interpretación y actúan en directo. "Lo hablamos entre nosotros durante todo el año, lo vivimos, lloramos de verdad y lo sentimos", asegura José Huertas, alias apóstol Pedro, coordinador de la Asociación Cultural El Peral. A pesar de la lluvia, ayer por la mañana empezaron a "vivirlo" y culminar los preparativos decenas de personas. Antonio, Miguel y José se atareaban en la plaza de la Constitución para montar tres carpas destinadas a alojar un "mercado de Jerusalén". ¿De Jerusalén? "Es un mercado de artesanía y productos típicos preparados por la Asociación de Mujeres del pueblo", comenta el alcalde, Adolfo Rivas. "Como los repápalos, dulces con leche y canela", remata Antonio.

En Orusco no hace falta buscar a la gente. "¡Catalina! Mire, aquí tenemos a la mismísima Virgen María", apunta Rivas. Catalina Villalba Martínez sale del supermercado y cruza la plaza con los paquetes de la compra. Casi no necesita ensayar, porque lleva 14 años interpretando el mismo papel. "En realidad, no soy de aquí, aunque me han adoptado".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Catalina nació en Albacete y vive la mayor parte del tiempo en Madrid, en el Puente de Vallecas, sin embargo, aquí se siente en casa y es toda una institución. "Su marido ayudaba en el mantenimiento de la cancha de fútbol y ella ha sido casi una madre para todos los chavales que iban al campo a jugar", añade el alcalde. ¿Por qué la Virgen? "Pues, porque tengo cuatro hijos y sé lo que significa ser madre", asegura Catalina. "Me imagino lo que tendría que sentir María". "Catalina podría haber sido una gran artista", remata Huertas.

La representación de la Pasión viviente de Orusco, articulada en 24 escenas, involucra al menos a un miembro de cada familia. Y, como suele ocurrir en los pueblos, todos conocen a todos. "Todo el mundo, por una razón u otra, acaba sintiéndose vinculado", explica Huertas. El bar del pueblo, el quiosco, la casa consistorial, la farmacia, el supermercado... Cada institución participa de alguna manera. "A lo mejor, el Viernes Santo van cuatro a misa, pero luego el espectáculo religioso del sábado está abarrotado de gente", bromea Rivas. Y precisamente para contentar a los vecinos y los madrileños que suelen pasar el fin de semana en Orusco, el Ayuntamiento este año ha querido tirar la casa por la ventana. Las celebraciones han costado unos 6.000 euros, 2.000 más que las ediciones anteriores. La asociación El Peral ha encargado el diseño de la escenografía, entre otros, al restaurador Jerónimo Echeverría, quien trabajó durante 10 años en Siena (Italia) tallando los adoquines de las calles del casco antiguo de la ciudad del Palio. El artista José Terrón se ha ocupado de la decoración, al tiempo que la organización ha renovado el equipo de sonido e iluminación. "Todo nuevo", aseguraba ayer el alcalde enseñando orgulloso las últimas adquisiciones.

La Pasión también ha sido una oportunidad para que los niños del pueblo aprendieran algunas nociones de pintura y artes plásticas echando un cable en la construcción de las escenografías y de los telones de fondo. Ante uno de ellos, Mario Gómez será el maestro de ceremonias de uno de los milagros más amenos de Cristo: la transmutación del agua en vino durante las bodas de Caná. Sin embargo, en lugar de las vasijas bíblicas, Orusco ha adaptado para la ocasión la fuente de la plaza principal, enfrente de la casa consistorial, de la que a las 20.30 manarán unos 50 litros de vino casero y dará inicio a la procesión.

Como en todo espectáculo de teatro, después de actuar y representar el sermón de la montaña, el camino al santuario, la crucifixión y la resurrección, habrá una cena para los participantes. La última ocasión para enseñar los trajes de la Pasión: telas elegidas con esmero y "confeccionadas a mano", apunta orgullosa Catalina. "Aunque la verdad es que mi hija ha preferido comprarse uno", concluye Rivas. Cuestión de generaciones. Lo importante es participar.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_