Disparos contra la Mafia
Las fotos de Letizia Battaglia escarban en la violencia de 'cosa nostra'
La mirada y el rostro dicen mucho de lo que ha sido la vida de Letizia Battaglia, una mujer que hace honor a su nombre y que a sus 71 años tiene aún fuerzas para seguir denunciando la "humillación" que supone para Sicilia y para toda Italia el poder que todavía mantiene la Mafia en ese país. La exposición Sicilia. Alrededor de la Mafia, organizada por la Diputación de A Coruña, muestra a partir de mañana en Culleredo (A Coruña) su visión sobre un fenómeno tan analizado como desconocido.
La vida de Letizia Battaglia no necesita aderezos para convertirse en un guión cinematográfico. Se casó con 15 años y, en seguida, tuvo tres hijos pero su vocación no era ser ama de casa y a finales de los años sesenta comenzó a trabajar para el diario de Palermo L'Ora, primero como redactora y posteriormente como fotógrafa.
Tras un paréntesis de dos años en los que trabajó en Milán, Battaglia volvió a Palermo en 1974 para trabajar durante casi 20 años como jefa de fotografía de L'Ora. Fueron los años más duros de la Mafia, que había puesto en su punto de mira a cualquier tipo de representante público que interfiriese en sus negocios: policías, procuradores, magistrados, políticos... Hubo días en los que Letizia tenía que salir a las calles más de una vez para fotografiar las consecuencias de los asesinatos.
Sus fotografías reflejan la desolación que cubre el escenario de un crimen poco después de producirse pero, además, escarban en las causas de esta violencia y descubren la pobreza y el abandono en el que viven muchos sicilianos. Battaglia siempre ha trabajado con película en blanco y negro porque cree que de esta forma se transmite mejor la sensación de dramatismo. El resultado le da la razón porque sus instantáneas tienen la rara cualidad de ser informativas y artísticas a la vez. No hay rastro de artificialidad en las escenas de crímenes y funerales ni en los rostros de los mafiosos y sus víctimas pero es evidente que las fotos son mucho más que un catálogo de los horrores de la Mafia y tienen un valor artístico indudable.
Pese al evidente peligro que supone que una mujer realice este tipo de trabajo en una sociedad como la siciliana, Battaglia sobrevivió a las amenazas y acabó por dar un nuevo paso al frente para entrar en política y seguir intentando cambiar la realidad que la rodeaba. En 1985 entró a formar parte de la corporación de Palermo al ser elegida en una lista de los Verdes y poco después fundó junto al democristiano progresista Leoluca Orlando el movimiento antimafioso La Rete que alcanzó la alcaldía palermitana en 1986.
A lo largo de todos estos años ha visto como la Mafia ha modificado sus hábitos para acabar convirtiéndose en lo que es hoy: "un poder sin rostro que quiere mandar como el Estado y que ha llegado a ser parte de él y a contar con representación política". Battaglia recuerda que el actual presidente de la región de Sicilia, Salvatore Cuffaro, ha sido investigado por sus posibles relaciones con la Mafia, lo mismo que un 40% de los diputados de la asamblea siciliana. Después de tantos años de lucha Letizia siente "vergüenza" de que su pueblo acepte la existencia de un poder mafioso.
Su desencanto se extiende también a los medios de comunicación ya que su figura es prácticamente ignorada en Italia porque "mi nombre se ha convertido en un testimonio de que la política y la Mafia van de la mano". Aunque sus fotografías se han visto en muchos países, en Italia apenas se han exhibido. "La Mafia ha conseguido que yo no exista, ni siquiera me llegan a amenazar porque han conseguido que sea ignorada", explica. Sin embargo, los reveses no le han hecho olvidar que el sueño de la libertad aún puede ser posible. Ahora dirige la revista Mezzocielo, íntegramente hecha por mujeres y que sigue denunciando los abusos de la Mafia.
Babelia
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