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169 personas mueren al estrellarse un avión en un aterrizaje de emergencia en Ucrania

El aparato efectuaba un vuelo con turistas rusos desde el mar Negro a San Petersburgo

No hubo sobrevivientes de la tragedia aérea ocurrida ayer en Ucrania. Un avión ruso con 169 personas a bordo, que volaba desde el puerto y balneario ruso de Anapa, en el mar Negro, hasta San Petersburgo se estrelló en la provincia ucrania de Donetsk. La mayoría de los 159 pasajeros -entre los que había 45 niños- era gente que regresaba de vacaciones. Las otras 10 víctimas formaban parte de la tripulación. El aparato, un Túpolev 154, pertenecía a la compañía aérea rusa Púlkovo. Las autoridades rusas y ucranias investigan la causa de la tragedia.

A las 13.37, hora peninsular española, la tripulación envió un primer mensaje de socorro y dos minutos más tarde el avión desaparecía de los radares mientras volaba en el espacio aéreo ucranio. Antes de estrellarse, alcanzó a mandar otros dos SOS, el último cuando se encontraba a 3.000 metros de altura. Sus restos en llamas fueron encontrados cerca del poblado de Sujaya Balka, a 45 kilómetros al norte de la ciudad industrial de Donetsk.

"A bordo del avión se declaró un incendio a los 10.000 metros de altura y después el Tu-154 se desplomó", aseguró Ígor Krol, portavoz del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Ucrania. El comandante del avión, Ígor Korogodin, trató en el último minuto de salvar a los pasajeros y ordenó a la tripulación que se preparara para un aterrizaje de emergencia. El intento fracasó y el Túpolev se estrelló, concluyó Krol.

Los rusos, sin embargo, dijeron no tener conocimiento de que el accidente pudiera haber sido provocado por un siniestro desatado a bordo del Túpolev. El Ministerio de Transporte de Rusia señaló que el aparato pasaba por una zona de fuertes turbulencias, y la jefa del departamento de información del Ministerio ruso de Situaciones de Emergencia, Irina Andriánova, ha señalado que el avión pudo haberse estrellado "después de caer en una zona de tormenta". Lo más probable, según la información de Andriánova, es que "un rayo golpeara" el aparato, causando la tragedia. Naturalmente, el rayo podría haber provocado el incendio del que hablan los ucranios.

Lo que todos parecen tener claro es que la tragedia no ha sido provocada por terroristas. Los testigos del accidente dicen que no hubo ninguna explosión en el aire, previa a la caída, y la compañía aérea Púlkovo prácticamente excluye la posibilidad de un atentado. Así lo dijo Anatoli Samoshin, vicedirector general de Púlkovo.

Por cierto, según Samoshin, las condiciones climáticas en la zona de la tragedia eran "normales". Tampoco los equipos de socorro ucranios, que en las primeras horas lograron recuperar 30 cadáveres, encontraron huellas que hicieran sospechar un acto terrorista.

Comisión de investigación

Las causas del accidente deberán ser estudiadas por varias comisiones creadas ayer con ese propósito. El presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó formar una comisión de investigación, que estará encabezada por el ministro de Transporte, Ígor Levitin; los ucranios también formaron una propia y el fiscal general, Alexandr Medvedko, voló ayer mismo a Donetsk. Y en el aeropuerto Vitiázevo de Anapa, el Ministerio de Situaciones de Emergencia ruso ha organizado un grupo operativo para tratar de determinar lo que provocó la tragedia. El presidente ucranio, Víktor Yúshenko, llamó ayer a Putin para darle el pésame y prometió prestar toda la ayuda posible en la investigación del accidente.

Tanto en el aeropuerto de Anapa como en el de San Petersburgo se vivieron ayer escenas desgarradoras entre los parientes de los pasajeros del vuelo PLK 612. Muchos tuvieron que ser atendidos por los médicos y los psicólogos. Hoy al mediodía está previsto que despegue desde San Petersburgo un avión de la compañía Púlkovo con destino a Donetsk con los parientes de las víctimas que deseen ir al lugar de la tragedia.

Los Túpolev 154 son los aviones más usados por las compañías aéreas de Rusia. Tienen capacidad para llevar hasta 180 pasajeros y una autonomía de vuelo de 3.900 kilómetros a una velocidad de 900 kilómetros por hora.

El último accidente ocurrido con un avión Tu-154 sucedió hace dos años, el 24 de agosto de 2004, en la provincia de Rostov, y fue causado por una bomba que hizo explotar una terrorista chechena.

La anterior catástrofe aérea en Rusia sucedió el mes pasado, cuando un Airbus A-310 de la compañía aérea Sibir se salió de la pista de aterrizaje y chocó contra unos garajes. En aquella oportunidad perecieron 124 personas de las 203 que iban a bordo.

Un bombero observa los restos del avión Túpolev estrellado ayer en Ucrania.
Un bombero observa los restos del avión Túpolev estrellado ayer en Ucrania.REUTERS

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