Sellars, Maalouf, Saariaho y Salonen estrenan en París la ópera 'Adriana Mater', sobre la guerra y el odio
El teatro parisiense de la Bastilla acogió anoche el estreno mundial de Adriana Mater, ópera con música de Kaija Saariaho y libreto de Amin Maalouf, en un montaje de Peter Sellars con dirección musical de Esa-Pekka Salonen. El estreno debía haber tenido lugar el pasado jueves, pero una huelga en solidaridad con los denominados intermitentes del espectáculo obligó a retrasarlo hasta ayer.
Adriana Mater es una obra construida en torno a un interrogante moral: ¿el amor puede nacer del odio?, y cuyo motor es el drama de las guerras contemporáneas. Saariaho se ha inspirado en el caso de las mujeres violadas en los Balcanes; Maalouf, en su experiencia de exiliado libanés; y Sellars, en quienes luchan por la libertad en Chechenia. Tres guerras para una obra. "Cuando se ha nacido en Líbano y se ha conocido la tragedia, la primera religión que se quiere profesar es la de la coexistencia", dice Maalouf. Para el novelista, ganador del Goncourt con La roca de Tanios, ésta es su tercera colaboración con la compositora finlandesa. "Esta vez nos hemos encontrado bajo un registro más sombrío, más dramático", afirma. El punto de partida de Saariaho es muy personal: "Todo nace de la primera vez que estuve embarazada. Una ecografía me permitió ver latir el corazón de mi hijo. Dependía de mí pero ya latía a un ritmo distinto y esos ritmos están en el origen de mi música".
"La música de Kaija es muy compleja", asegura Peter Sellars, "¡pero ella ha pasado tres años para componerla y yo tengo tres semanas para ponerla en escena! He concebido el drama como una historia que transcurre durante el crepúsculo, en ese momento en que la luz tiene todas las tonalidades pero en el que los perros se confunden con los lobos. Una ópera tiene que hacernos sentir, emocionalmente, lo que la televisión reduce a un titular. La ópera permite ver lo que hay detrás de la fachada, profundizar, abre la puerta a la espiritualidad".
