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Reportaje:

Bennett Miller cree que 'Capote' es una gran tragedia griega

El primer filme del director cuenta con cinco candidaturas a los Oscar

Capote no es una película sobre el escritor. Es una película sobre la condición humana. En realidad es una gran tragedia griega, al estilo clásico, pero en su versión americana". El neoyorquino Bennett Miller, de 40 años, describe así su ópera prima, protagonizada por Philip Seymour Hoffman y Catherine Keener y oficialmente centrada en los cinco años que Truman Capote dedicó a escribir su novela más célebre, A sangre fría, un estudio psicológico y sociológico sobre el asesinato de los Clutter, una familia de granjeros de la América profunda.

No es habitual que una primera película consiga cinco candidaturas al Oscar (mejor película, director, actor, actriz y guionista), ni que se convierta en la más premiada de la temporada (junto a Brokeback Mountain), pero parece que Miller sabía desde antes de rodarla que Capote sería especial. "Cuando buscábamos dinero para producirla yo siempre hablaba del factor X de esta película. Es algo que no se puede describir, un atributo que sabes que hace que tu proyecto sea especialmente poderoso, que lo hará funcionar", explicaba Miller en entrevista telefónica.

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Un filme apasionante

Para muchos críticos, el factor X se llama Seymour Hoffman, el actor que ha resucitado magistralmente a un escritor que tras escribir A sangre fría y tocar la cima del éxito, acabó siendo fagocitado por el personaje que él mismo se construyó tras saborear la fama. Para Miller y Dan Futterman, guionista de la película y antiguo compañero de colegio del director, la gran desgracia de Truman Capote fue "su ambición", que le llevó a entablar una fuerte relación con Perry Smith, uno de los asesinos que después retrató en su libro y gracias al que consiguió escribir la novela por la que hoy se le recuerda. Esa ambición le llevó a utilizarlo y más tarde a abandonarlo, provocando en el escritor serios problemas de conciencia que se agudizarían con los años.

"Más allá de la historia de cómo se escribió el libro, a la que hemos intentado ser históricamente fieles, esta película habla de cosas que normalmente no se expresan en nuestra cultura. Lanza una mirada sobria sobre las consecuencias de la ambición y sus costes. Vivimos en un mundo tremendamente materialista en el que todos quieren algo de alguien: individuos, Gobiernos, empresas... Y lo cierto es que la pasión y la energía que invertimos en conseguir lo que queremos a veces nos consume, nos ciega y no vemos las consecuencias que esa ambición puede tener en nosotros o en los demás", advierte Miller.

Un buen guión

Este neoyorquino que a los 10 años ya tenía en la mano una cámara de Super8, había dirigido con relativo éxito el documental The cruise en 1998, un divertido seguimiento de la vida de un guía turístico en la Gran Manzana. Ese filme le abrió las puertas de Hollywood y le empezaron a llover propuestas de guiones. Pero Miller prefirió dedicarse a dirigir vídeos musicales y esperar a que llegara un guión que realmente le convenciera. "Quería hacer algo especial, muy bien hecho, y aunque es difícil decir que no, es mucho peor vivir con el peso de algo que no quieres", clama.

La oportunidad se la dio Futterman, quien sin haberse dedicado jamás al cine, decidió explorar en un guión el universo de Capote movido por la curiosidad de la relación entre un autor y su personaje. "¿Qué les debe un escritor a sus protagonistas? ¿Qué relaciones entablan? Me lo preguntaba constantemente y tras releerme la biografía de Capote me volvió a surgir esa duda", afirma Dan Futterman.

Bennett Miller.
Bennett Miller.REUTERS
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