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La Guardia Civil detiene a siete personas en Badajoz por organizar cacerías de leones, tigres, linces y lobos

La Guardia Civil detuvo el pasado sábado a siete personas por organizar una cacería ilegal de tigres en una finca de Badajoz, según confirmó ayer la Guardia Civil y la subdelegación del Gobierno en esa provincia. Los detenidos son los dueños del cortijo Sierra del Oro y los cazadores, según fuentes de la investigación. Tras meses de pesquisas, los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) los detuvieron durante la cacería. En el coto había "tigres, leones, lobos y linces enjaulados. Estaban listos para nuevas cacerías. Una vez muertos, les cortaban la cabeza y la piel como trofeo y los incineraban en una fosa común", según la misma fuente. La noticia la adelantó ayer el diario Hoy de Badajoz.

Entre los cazadores circulaba la leyenda de que en España se podía cazar un tigre o un león si se pagaba lo suficiente. Se trataría de los animales viejos de zoológicos y circos, según el director de la revista especializada Trofeo, José Ignacio Ñudi. La leyenda era cierta. Al menos en la finca de Monterrubio de la Serena (Badajoz, 3.000 habitantes). El organizador de las monterías, cuyas iniciales son M. D., regenta varias fincas en la comarca, próxima a Córdoba. En su página web anuncia monterías para cazar ciervos, jabalíes, muflones, gamos, arruies e incluso lobos. La caza de lobo sólo está permitida, y de forma muy controlada, en algunas montañas del norte.

Fuentes del caso explican que el cazador se situaba en una torreta en una zona de la finca fuertemente vallada. Entonces, los responsables de la montería soltaban al animal. La empresa ofrece por Internet cacerías en Argentina (especies como el puma), Austria o en la extinta Yugoslavia. La compañía asegura que dispone de "reses vivas para repoblaciones de fincas de caza mayor de gran calidad, tanto hembras como machos de ciervo, jabalí, muflón, gamo, corzo, arrui...". Los puntos suspensivos incluyen, según la Guardia Civil, tigres, lobos, leones y linces boreales.

El Código Penal castiga la caza de especies amenazadas con prisión de cuatro meses a dos años. La pena se agrava si la caza la efectúan tres o más personas. También castiga la suelta de especies de animales no autóctonas. En 2004 la Guardia Civil detuvo a 32 personas por infracciones de caza mayor y a 30 por caza menor.

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