"Si se quiebra el tabú de Magdalena, llega la revolución de la Iglesia"
Juan Arias, periodista, ex sacerdote, ha publicado ya varios libros sobre Dios y sobre Jesús: El Dios en quien no creo, El Dios del papa Woytila, Un Dios para el 2000, Jesús, ese gran desconocido. Él cubrió, como periodista en Roma, el Concilio Vaticano II, fue corresponsal de este periódico en Italia, viajó con Juan Pablo II por todo el mundo, y desde hace unos años es el corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Ahora publica La Magdalena. El último tabú del cristianismo. Su editorial, Aguilar, resume así este libro, que anoche presentó en Madrid: "Juan Arias nos ofrece (...) una hipótesis muy bien documentada: La Magdalena vivió con Jesús una apasionada historia de amor". Pero no es sólo eso, dice él.
"Ningún biblista serio discute hoy en día que Jesús estuvo casado"
Pregunta. ¿El último tabú?
Respuesta. Sí, porque la Iglesia sabe que, quebrado este tabú, volveríamos a preguntarnos por los orígenes de un cristianismo femenino. El cristianismo arrancó con una mujer. En una cultura en la que la mujer era cero, no podía ser ni testigo en un juicio, Jesús mantuvo una relación especial con La Magdalena. Hasta los apóstoles se escandalizaban al ver la naturalidad con la que Jesús trataba a las mujeres.
P. Pero eso no es lo que se sabe.
R. El cristianismo iba a suponer la recuperación de la mujer en la religión. Jesús sabía que la primera diosa fue femenina, la tierra. La divinidad estaba unida a la fertilidad, y él quería recuperar ese origen. Por eso confía a la mujer los mayores misterios.
P. ¿Y qué pasó?
R. Que Pedro y Pablo se enfadaron. ¿Por qué le revela a una mujer lo que no nos revela a nosotros? La Magdalena venía de una corriente gnóstica, que todo lo basaba en el conocimiento, y los hombres que rodeaban a Jesús lo cifraban todo en el pecado. Para aquellos, el mal venía de la ignorancia, y para éstos venía del sexo. Ganó el sector masculino.
P. ¿Cómo lo lograron?
R. Denigraron a La Magdalena, la confundieron con la figura de la prostituta, cuando La Magdalena era una mujer iluminada, que precisamente culturizó a Jesús en la corriente gnóstica. Jesús les hablaba a los apóstoles en parábolas, porque eran hombres toscos, mientras que La Magdalena era su interlocutora intelectual.
P. Los apóstoles no la querían con él.
R. Había otra diferencia. Los gnósticos no creían en la jerarquía y también consideraban imprescindible que los hombres se casaran. El que no se casaba era la mitad de un hombre. Para demostrar que Jesús tuvo de compañera sentimental a La Magdalena baste pensar que Pablo jamás pudo poner a Jesús como ejemplo de celibato. Que Jesús estuvo casado no lo discute ningún biblista serio hoy en día. En todo caso, no sería un matrimonio convencional, porque él no aceptaba un matrimonio en el que el hombre fuera dueño de la mujer.
P. Era hombre, desde luego.
R. Lo dice el Credo. Y si era hombre en todo, ¿por qué no había de serlo también en cuanto al sexo? Ahora están cambiando las traducciones, y ya La Magdalena pasa a identificarse como el amigo tan amado del que se habla en los Evangelios.
P. ¿Algún otro argumento para esta teoría?
R. Cuando se produce la Resurrección, Jesús va a comunicárselo a La Magdalena, ¡antes que a la madre! Si tú vuelves a la vida, ¿no se lo contarías a aquella persona a la que más quieres?
P. ¿Qué hubiera pasado si ganan los gnósticos, o La Magdalena?
R. Hubiéramos tenido otra Iglesia, con un protagonismo fundamental de la mujer.
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