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El Gobierno salva sus cuentas gracias a la votación separada de las enmiendas

Zenarruzabeitia acusa a la oposición de formar un "bloque 'abertzale' constitucionalista"

El Parlamento rechazó ayer las tres enmiendas a la totalidad a los Presupuestos de 2005 presentadas por PSE, PP y Sozialista Abertzaleak (SA). Por tercer año consecutivo, la votación por separado de las tres enmiendas impuesta por el presidente de la Cámara, el peneuvista Juan María Atutxa, evitó que el proyecto le fuese devuelto al Gobierno. Pese a que populares y socialistas se votaron mutuamente sus propuestas, apenas si llegaron a sumar 31 votos en el caso de la enmienda del PSE, frente a los 41 en contra de Batasuna, PNV, EA, EB y UA. La del PP fue rechazada con 42 votos en contra al sumarse al pleno un parlamentario más. La enmienda de Batasuna sólo fue apoyada por sus cinco parlamentarios presentes frente a 55 en contra.

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La vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, abrió el debate combinando la presentación del proyecto con un ataque frontal a los tres grupos de la oposición. Zenarruzabeitia sostuvo que todos los años, en el momento de discutirse los presupuestos, se produce un acuerdo del que llamó "bloque abertzale constitucionalista" (PP, PSE y Batasuna), "un híbrido entre el 'Santiago y cierra España' y el independentismo" que busca bloquear la aprobación de las cuentas.

Tras descalificar lo que llamó acuerdo e ironizar que para los constitucionalistas los Presupuestos son los de la secesión y el plan Ibarretxe y para Batasuna los de la sumisión al Estado, Zenarruzabeitia aseguró que la oposición se "niega a hablar". El pasado lunes en el Senado, el PP, el PNV, CiU y el BNG votaron juntos para vetar los Presupuestos Generales del Estado.

La respuesta de la oposición a las palabras de Zenarruzabeitia fue el mantenimiento de las tres enmiendas y una dura crítica a su posición. El PSE sostiene que las cuentas son opacas y además se "cierran con la obsesión de acabar con el marco estatutario", en palabras de Joana Madrigal. Los populares censuraron que sirva para pagar "la propaganda" del plan Ibarretxe.Zenarruzabeitia dedicó buena parte de su intervención a descalificar el estilo de lo que llamó "buen rollito" del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. La vicelehendakari aseguró que con la actual Administración las transferencias no han registrado avances, pese a la "buena voluntad" y "discreción" del Gobierno vasco, y que el Estado congela las inversiones en Euskadi. Zenarruzabeitia reveló que el Ejecutivo vasco ha presentado una propuesta al Ministerio de Administraciones Públicas, que encabeza Jordi Sevilla, para gestionar las políticas activas de empleo, que cuantificó en 400 millones de euros, propuesta que no ha tenido respuesta por parte de la Administración central.

Todas las comunidades autónomas salvo Euskadi y Ceuta y Melilla tienen asumida dicha competencia. El Gobierno vasco la ha rechazado de forma habitual si no va unida a la transferencia de las políticas pasivas (la gestión de los fondos que la sustentan).

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Contradicción

De hecho, la parlamentaria de Eusko Alkartasuna Nekane Alzelai aseguró ayer en el mismo pleno que su formación, que dirige la consejería de Empleo, no aceptará las políticas activas sin las pasivas.

Esta contradicción existe desde febrero de 2003, cuando el Ejecutivo planteó por vez primera la posibilidad de aceptar la transferencia por separado, planteamiento que reiteró en un Consejo de Gobierno de enero pasado.

La oposición prefirió no entrar en esa discrepancia. El portavoz del PP, Leopoldo Barreda, calificó las cuentas de "ensoñación del lehendakari". Agregó que el proyecto "deja de lado las necesidades de los ciudadanos, soslaya la legalidad y actúa como si la responsabilidad de aprobar los Presupuestos fuera de la oposición".

La socialista Joana Madrigal acusó al Ejecutivo de debilidad por funcionar con una prórroga presupuestaria e insistió en que su grupo "no va a validar la deriva nacionalista, las políticas sectoriales conservadoras y regresivas, la falta de transparencia en la gestión, el descontrol, la carencia de rigor y de ingresos y gastos y la opacidad de los mismos". En este sentido, acusó al tripartito de no haber buscado negociar el proyecto presupuestario sino simples adhesiones a la causa nacionalista.

Rakel Peña, quien intervino en nombre del grupo de la ilegalizada Batasuna, afirmó que no pueden apoyar el proyecto porque "renuncia al ejercicio de la soberanía y afianza el marco actual". Enriqueta Benito, de UA, quien ha dado al Gobierno el único apoyo que no ha surgido del tripartito, no participó en el debate, pero pidió al final un turno de explicación de voto

en el que argumentó que su apoyo de su grupo se basa en la convicción de que el proyecto no incluye partidas económicas para el plan Ibarretxe.

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