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Rajoy se muestra dispuesto a pactar la ley del divorcio

La ley del divorcio es uno de los asuntos que no tendrán la oposición rotunda y de antemano del PP. Mariano Rajoy, líder de ese partido, señaló que está dispuesto a negociar la futura ley "si el Gobierno se explica", y enfatizó ayer que el programa electoral que el PP presentó a las elecciones incluía entre sus promesas agilizar el divorcio y reformar ley. Pero ayer pidió tiempo antes de pronunciarse sobre el contenido concreto de la reforma que aprobó el viernes el Consejo de Ministros.

"Vamos a ser muy prudentes y vamos a esperar a ver lo que se quiere hacer, porque supongo que aún habrá dos o tres rectificaciones más", afirmó Rajoy, para mofarse de que la novedad que más se destacó tras el Consejo de Ministros fue que el divorcio podría conseguirse en sólo 10 días. Enseguida, el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, aclaró que aunque ese plazo sería técnicamente posible, lo más probable será que el divorcio de mutuo acuerdo y sin cargas familiares se logre en un plazo de entre dos y tres meses.

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La crítica de Rajoy pasó de su burla hacia el "Gobierno de las rectificaciones y la marcha atrás" a la concreción al tratar sobre la custodia compartida de los hijos de padres divorciados. "La custodia compartida ya es posible con la ley actual, pero si lo que se pretende es que tal cosa sea obligatoria, yo no estoy de acuerdo", sentenció Rajoy. El objetivo aquí, subrayó, "debe ser siempre velar por el interés del menor" y, para garantizarlo, la custodia compartida debería ser resultado del acuerdo entre los cónyuges.

Críticas de Rouco

Quien no está de acuerdo, en ningún caso, con la reforma de la ley del divorcio es la Conferencia Episcopal. En su alocución dominical, Antonio María Rouco Varela, cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, afirmó: "Las perspectivas de nuestra sociedad no mejorarán con un incremento espectacular del número de divorcios y de niños y adolescentes inmersos en crisis matrimoniales y familiares dramáticas".

Y ayer, en declaraciones a la Cope, recordó a los católicos su deber grave y urgente de trabajar a favor del verdadero matrimonio y de la familia. La calificó de "institución esencial para un desarrollo y crecimiento físico, humano y espiritual del niño y del joven".

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