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Israel pierde el apoyo de Turquía, su único aliado en Oriente Próximo

Ankara llama a su embajador en Tel Aviv tras la operación de Rafah

Israel puede perder a su único aliado en Oriente Próximo tras la operación militar en el campo de refugiados palestinos de Rafah, en Gaza, que dejó medio centenar de muertos y arrasó decenas de edificios. El ministro de Exteriores turco, Abdulá Gül, llamó ayer a consultas al embajador de su país en Israel, al tiempo que anunciaba el aumento de rango de su Consulado en Jerusalén para estrechar lazos con la Autoridad Palestina.

Al amparo del viejo lema "los enemigos de mis enemigos son mis amigos", Turquía e Israel sellaron en 1996 un acuerdo militar bendecido por EE UU. Las relaciones comerciales y de cooperación entre ambos países no han dejado de incrementarse desde entonces. Era la época en que Siria cobijaba a la guerrillla independentista kurda del PKK y su líder, Abdulá Ocalan, se enseñoreaba del valle de la Bekaa, en Líbano, pero bajo control sirio. Eran tiempos en que la ayuda de los servicios secretos israelíes resultaba determinante para atrapar a Ocalan -capturado en Nairobi en 1999- para poder juzgarlo y encarcelarlo en Turquía.

Casi una década después, el nuevo presidente sirio, Bachar el Asad, ha efectuado una visita de Estado a Turquía, en enero de este año, y el modelo de cooperación militar con Israel que tanto han defendido los generales turcos parece ya agotado. Así, mientras el Ejército hebreo se hacía cargo de la modernización de 700 carros de combate de fabricación norteamericana, los pilotos militares israelíes practicaban nuevas técnicas de combate sobre el vasto espacio aéreo de Anatolia. Pero el cambio de Gobierno en Ankara, con un partido islamista moderado en el poder desde 2002, ha acabado de enfriar las relaciones con el Gobierno de Ariel Sharon. Después de haber revalidado su liderazgo en las urnas -con una aplastante victoria islamista en las elecciones locales de marzo-, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, no dudó en calificar de "terrorismo de Estado" la muerte en sendos ataques israelíes de los líderes de Hamás: el jeque Ahmed Yassin y su sucesor, Abdelaziz Rantisi.

Tarjeta amarilla a Israel

Tras ser recibido el martes en Ankara por Erdogan, el ministro israelí de Infraestructura Nacional, Yosef Paritzky, declaró a los periodistas: "Lo menos que puedo decir es que el primer ministro no parece muy contento con Israel".

"Erdogan saca tarjeta amarilla a Israel", titulaba ayer en primera página el diario Sabah, el de mayor difusión en Turquía. "No sólo como musulmán, sino también como padre y ser humano, tengo que lamentar lo ocurrido [en Rafah] (...) es inaceptable, lo mismo que matar a un tetrapléjico [el jeque Yassin]. Los turcos acogimos a los judíos expulsados de España en el siglo XV, y eso es lo que se quiere hacer ahora con los palestinos", dicen que dijo Erdogan al ministro israelí, según fuentes citadas por la agencia oficial Anatolia.

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La prensa anticipaba también ayer que Ankara había llamado a consultas a su embajador en Israel, poco antes de que el jefe de la diplomacia turca lo confirmara en conferencia de prensa. "La medida responde a los acontecimientos en la zona (...), nuestro embajador regresa para intercambiar puntos de vista y volverá de nuevo [a Israel], aseguró Abdulá Gül, quien se mostró partidario de situar a un diplomáticon con rango de embajador al frente del Consulado turco en Jerusalén, "como ya han hecho algunos países europeos", puntualizó. El Gobierno turco ha nombrado al ex ministro Vehbi Dincerler como enviado especial para canalizar la ayuda económica y las relaciones con la Autoridad Palestina.

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