Norberto Fuentes novela la autobiografía de Fidel Castro

Fidel, hablando en primera persona de su vida y su revolución. Ésa es la gran novedad de La autobiografía de Fidel Castro (Destino), que ha escrito, sin permiso, su viejo compañero y enemigo Norberto Fuentes (La Habana, 1943). El escritor y periodista exiliado es de los pocos que pueden encarnar fielmente la voz y el ego del líder cubano: fue uno de sus primeros disidentes, después su íntimo, y hoy vive en Miami. Su libro es la novela real de una vida excesiva, el retablo de matices y humores de un personaje abrumador que para Fuentes es "mucho más que un dictador, quizá el político más importante del siglo XX".

La autobiografía de Fidel Castro es un proyecto gigantesco, a la medida del personaje y la historia que Fuentes analiza y desmenuza como testigo, coprotagonista y humorista riguroso y fabulador al tiempo. El libro se divide en dos cuadernos de 13 capítulos (26 para seguir el destino del Movimiento Revolucionario 26 de Julio): el primer tomo, de 900 páginas, que se edita ahora, se titula El paraíso de los otros y abarca desde el nacimiento de Castro en el seno de una familia hacendada de Oriente (el 13 de agosto de 1926) hasta la huida del dictador Fulgencio Batista, el 1 de enero de 1959. El segundo, que aparecerá en otoño y se llama El poder absoluto e insuficiente, viaja desde ese mítico primero de año hasta hoy mismo.

Conversador casi tan torrencial y maquiavélico como Castro, Fuentes saltó a la fama al escribir Condenados del Condado, novela de 1968 que le costó 15 años de ostracismo "sin asumir el papel de víctima"; después, la cosa mejoró: se hizo amigo de Fidel (después de donar a las milicias los 10.000 dólares del adelanto de su libro sobre Hemingway), luchó en Angola, conoció los servicios secretos, fue espía y traficante de armas condecorado por la Revolución, pero su amistad con los ejecutados Ochoa y De la Guardia le convirtió primero en rehén, luego en balsero (apresado in fraganti en 1993) y en huelguista de hambre y exiliado de lujo, vía Gabriel García Márquez, en 1994.

"Tuve que elegir entre mi carrera de escritor y la revolución y decidí escribir". Así que tiene mucho que contar y no se calla nada. O al menos eso dice. "Sólo yo podía escribir la autobiografía de Fidel. Él me la dictó cuando estábamos juntos: le vi actuar, supe cómo manejaba la cosa. Soy la memoria de su memoria, y mi memoria es menos falsa que la suya porque no tiene propósito. Yo no oculto nada, tengo mucha más libertad que él y que Gabo para contar su historia. La única audacia del libro, que por cierto es una idea de Basilio Baltasar, es que está escrito mientras el tipo está vivo, pero no me sorprendería que a Fidel le gustara. Si le conviene, le gustará".

"El libro es una burla a la academia americana que cree en las biografías con pies de página", explica. "La verdad de los hechos contemporáneos no está en los papeles. Las revoluciones queman los papeles, y en Cuba no quedará nada que comprometa a Castro. Los huesos de los muertos están en el mar". Pese a todo, Fuentes transmite admiración por el comandante. "Sigo siendo revolucionario y marxista, y la dictadura buena de Fidel me parece incluso mejor ahora: Miami es un horror de complejos y tristezas. En cuanto a Fidel, si te empeñas en definirlo como un ogro sanguinario te incapacitas para describirlo: es inteligente, pragmático, versátil, y todavía no ha jugado todas sus cartas. Supera todas las etiquetas". Fusiló a amigos y a enemigos, "pudo pasar a la historia como el hombre que destruyó el mundo en 1962" y ahí está todavía, en campaña permanente, sin estrategia para despistar al imperialismo, disfrutando de una permanente situación de bancarrota". ¿El relevo? "Le importa un carajo. Su problema es que todavía se cree un campeón olímpico y se empeña en hacer deporte. ¡No comas mierda, chico, la gente necesita tu voz y tu experiencia, no tus carreras!".