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LA POSGUERRA DE IRAK | La situación en Bagdad

Asesinado un diplomático iraní en vísperas de una negociación clave

Ángeles Espinosa

Irak no es sólo un lugar peligroso para los occidentales, también para cualquiera que interfiera en la lucha entre la resistencia y la ocupación y dentro de la resistencia misma. Así lo probó ayer el asesinato de un diplomático iraní en Bagdad, 24 horas después de que una delegación de su país llegara a esta capital para mediar ante el líder radical chií Múqtada al Sáder.

El asesinado es Jalil Naimi, primer secretario de la embajada iraní en Irak. Naimi, de 45 años, fue tiroteado por unos desconocidos cuando regresaba de la plegaria de mediodía en la calle 28 de abril, cerca de su legación diplomática, una villa situada en la orilla occidental del Tigris. "No había nadie más en la calle; estamos convencidos de que iban a por él", declaró un funcionario de la embajada.

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"Probablemente está relacionado con nuestra visita", admitió Husein Sadeghi, jefe de la delegación iraní. Sadeghi, que encabeza la dirección general del golfo Pérsico en el Ministerio de Exteriores iraní, llegó a Bagdad el miércoles. Aunque Richard Boucher, portavoz del Departamento de Estado, pareció cerrar anoche esa vía negociadora al calificar la iniciativa iraní de "inapropiada".

El Gobierno de Teherán ha dejado claro que desea que Al Sáder "encuentre un lugar" en la vida pública iraquí. Aunque el clérigo rebelde siempre se ha mostrado crítico de la intromisión de Irán en los asuntos internos iraquíes, mantiene buenas relaciones con su máximo líder, Alí Jamenei, y desde la caída de Sadam Husein ha viajado en varias ocasiones a Irán, donde se hallan su mujer y su madre.

La decisión de EE UU de cerrar su periódico, detener a uno de sus lugartenientes y anunciar una orden de captura contra él desató a principios de mes una oleada de protestas que se convirtieron en una verdadera insurrección. El jefe de las fuerzas de la Coalición, el general norteamericano Ricardo Sánchez, reiteró ayer que no descarta el uso de la fuerza para detener a Múqtada.

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Irán, con un 98% de población chií, es el único país en el que ha triunfado una revolución islámica.

Jalil Naimi, primer secretario de la Embajada iraní, asesinado en Bagdad.
Jalil Naimi, primer secretario de la Embajada iraní, asesinado en Bagdad.REUTERS

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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