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La verificación de las firmas contra Chávez divide a la oposición venezolana

La Coordinadora Democrática, que agrupa a los partidos y organizaciones sociales opositores de Venezuela, aún no ha decidido si ordenará a sus militantes concurrir o no al proceso de verificación de firmas consideradas dudosas, de cuya ratificación depende ahora la convocatoria del referéndum revocatorio contra el presidente Hugo Chávez. Los dirigentes de la coalición tienen divergencias al respecto: una parte de ellos es partidaria de agotar esta última instancia, mientras otra considera que asistir a las verificaciones sería convalidar un fraude.

Enrique Mendoza, uno de los líderes de la coalición, planteó que antes de tomar una decisión, el Consejo Nacional Electoral (CNE) debe entregarle a la Coordinadora la base de datos de todas las firmas, pues están en desacuerdo con las cifras emitidas por la autoridad electoral y creen que al menos 300.000 rúbricas fueron escamoteadas. Julio Borges, del partido Primero Justicia, advierte de que si la Coordinadora acepta la verificación podría darles la impresión a sus activistas de que ha transigido. "Las firmas no son negociables", expresó.

El CNE declaró válidas 1,83 millones de firmas de 3,08 millones recibidas. Un total de 876.017 fueron catalogadas como dudosas y, por ello, pasadas a un periodo llamado de "reparos", durante el cual los electores incluidos en esa categoría deberán acudir a centros de verificación para ratificar su solicitud. Las firmas que no sean ratificadas serán nulas. La cifra mínima exigida para que sea convocada la consulta nacional es de 2,4 millones de firmas (20% del padrón electoral), de manera que para alcanzarla la oposición deberá "reparar" al menos 600.000 firmas.

Una conversación telefónica grabada ilegalmente -difundida por el canal estatal de televisión- entre Teodoro Petkoff, editor del vespertino opositor Tal Cual, y Alberto Quirós, dirigente de la Coordinadora, pone en claro esta divergencia entre los moderados que quieren participar y los duros que se niegan a "reparar". En el diálogo, Petkoff, de la línea moderada, recomienda verificar las firmas y plantea que si en sólo cuatro días se logró recabar más de tres millones de rúbricas, en un plazo de dos días (que podría extenderse a tres) debería ser fácil que se presenten 600.000 personas.

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