Bush envía unos 500 'marines' para restaurar el orden
El presidente de EE UU, George W. Bush, decidió ayer enviar a varios cientos de marines a Haití, como avanzadilla de un contigente internacional de paz, para restaurar el orden en ese país y evitar una transición sangrienta. Bush reconoció, aunque sin nombrarlo, al nuevo líder haitiano, el juez Boniface Alexandre, y pidió a la población que mantenga la calma. El Consejo de Seguridad de la ONU inició consultas informales para elaborar una resolución que autorice el envío de una fuerza de pacificación.
Además de apoyar la futura misión multinacional, los efectivos estadounidenses harán lo posible por evitar un éxodo masivo de haitianos a EE UU y colaborarán en la repatriación de los que fuesen interceptados en botes de camino a las costas de Florida. Los marines - 500-, esperaban órdenes en la base de Camp Lejeune, en Carolina del Norte y tenían previsto llegar ayer por la tarde (madrugada en España) a la capital y desplegarse en los principales puertos del país. El ministro canadiense de Exteriores, Bill Graham, anunció que las fuezas especiales de Canadá, estacionadas desde hace días en el aeropuerto de Puerto Príncipe, se unirían al contigente pacificador. Thierry Burkard, el embajador galo en Haití, también aseguró que Francia, contribuiría con sus soldados al contigente que se apruebe en la ONU.
EE UU celebró consultas informales con el resto de los miembros del Consejo de Seguridad, los miembros de la Comunidad Caribeña (Caricom) y de la Organización de Estados Americanos (OEA) para elaborar una resolución que debía empezar a debatirse anoche. La Casa Blanca acogió con satisfacción la noticia de la huída de Aristide. "El Gobierno estima que es esencial que Haití tenga un futuro esperanzador. Es el inicio de un nuevo capítulo", dijo Bush, "pido al pueblo de Haití que rechace la violencia y que rompa con el pasado. EE UU está dispuesto a ayudarle".
