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EL FUTURO DE EUROPA

25 líderes europeos en busca de consenso

Los jefes de Estado y de Gobierno deben resolver aún un amplio catálogo de litigios sobre el futuro de Europa

Carlos Yárnoz

Los jefes de Estado y Gobierno de los 25 (los Quince más los 10 candidatos que se incorporan en mayo de 2004) tienen como objetivo cerrar la primera Constitución para Europa.

Para lograrlo, se enfrentan a los siguientes litigios que aún no han logrado el necesario consenso, dado que el Tratado constitucional tiene que ser aprobado por unanimidad:

EL PODER
El reparto de votos

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Es el punto más problemático. La discusión se centra entre los defensores del sistema de "doble mayoría" y los partidarios de mantener la fórmula del Tratado de Niza, con España y Polonia en solitario. El proyecto prevé que las decisiones en el Consejo de la UE sean válidas cuando estén apoyadas por más del 50% de los Estados que representen al menos al 60% de la población. Niza, en cambio, prevé una triple mayoría: las decisiones serán válidas si son apoyadas por más del 50% de Estados que representen al menos al 62% de la población y que cuenten al menos con 232 de los 321 votos que habrá en una UE con 25 Estados (350 votos cuando Europa tenga 27 Estados en 2007).

- Opciones. Una de ellas consiste en elevar el umbral de población del 60%, como han planteado la Eurocámara y la Convención. Una segunda consistiría en seguir negociando hasta febrero próximo, hipótesis no excluida por nadie. Otra, aprobar la Constitución y dejar aparcado el reparto de poder hasta otra cumbre a celebrar antes de 2009: es la llamada cláusula de rendez-vous rechazada por los grandes, pero bien vista por España, Polonia y el Reino Unido. Una quinta alternativa dejaría Niza en vigor durante las dos siguientes legislaturas europeas y el sistema de doble mayoría sería aplicado a partir de 2014 (Italia lo ha sugerido).

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LA COMISIÓN
Ampliada o reducida

Cada país tiene hoy un comisario (salvo Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España, que tienen dos) en la Comisión Europea, cuya misión es salvaguardar y cuidar el interés general de la Unión por encima de los intereses nacionales. Ahora, por tanto, hay 20 comisarios. Si la regla se mantuviera tras la ampliación, habría 31 comisarios (Polonia también tendría dos). Niza ya previó que, a partir de 2005, sólo habría uno por país y, cuando se superase la cifra de 27, el Consejo Europeo dictaría una norma para fijar un número inferior. Bajo estas condiciones se aprobó el Tratado de Adhesión de los actuales 10 candidatos.

Ahora, el proyecto constitucional fija una fórmula muy diferente: a partir de noviembre de 2009, sólo habrá 15 comisarios con cartera y derecho a voto y habrá otros sin cartera ni derecho a voto. Los países candidatos, y en general los pequeños, rechazan esa fórmula. Sospechan que siempre resultarán perjudicados en el reparto de los puestos.

- Opciones. La regla de que siga habiendo un comisario por país se mantendría durante la próxima legislatura y quizás incluso durante la siguiente. Así lo ha sugerido la presidencia de la Unión Europea.

LA PRESIDENCIA
Presidente estable y cumbres rotatorias

El proyecto constitucional pone fin al sistema de presidencias semestrales de la UE y prevé la creación de la figura de un presidente estable de la Unión, designado por los líderes para un mandato de dos años y medio prorrogable una sola vez. Los pequeños temen que ese presidente atienda sólo a los grandes.

En paralelo, las diferentes formaciones del Consejo de la Unión (Agricultura, Finanzas, Transportes, Competitividad, Exteriores...) tampoco serán presididas por turnos semestrales. El Consejo de Exteriores será presidido por el ministro europeo de Exteriores. El de Finanzas (Ecofin) elegirá su propio presidente para un mandato de dos años y medio. Los demás tendrán un equipo presidencial (team presidencies) integrado por representantes de tres países para un mandato de 18 meses. Los tres se repartirán las presidencias de los Consejos. Con otra excepción: el Consejo de Asuntos Generales, encargado de coordinar la agenda de la UE y de las cumbres, que será presidido cada seis meses por cada uno de los integrantes de ese equipo presidencial.

- Opciones. Escasas ante semejante galimatías, pero los pequeños quieren que la Constitución no deje resquicio alguno al principio de que las team presidencies se fijarán en estricta igualdad y equidad entre todos los Estados.

LA HERENCIA CRISTIANA
Religión o laicismo

El preámbulo de la Constitución señala que sus principios y desarrollo están inspirados en "las herencias culturales, religiosas y humanistas de Europa". Varios países (España, Italia, Irlanda, Portugal, Austria, Polonia y otros candidatos) quieren incluir una referencia concreta a "la herencia judeo-cristiana". Francia y Bélgica se oponen. Reino Unido y Alemania consideran que será mejor evitarlo. Turquía, el gran país musulmán que aspira a entrar en la Unión, ha reiterado su rechazo.

- Opciones. Probablemente los líderes decidan incluir la referencia al cristianismo, añadiendo que se respetan las bases constitucionales de los países entre cuyos principios figura la laicidad.

EL DERECHO DE VETO
Recorte de su uso en algunas materias

Uno de los mayores avances del proyecto constitucional consiste en la desaparición del derecho al veto en decenas de materias, algunas tan sensibles como inmigración, control de fronteras, cooperación judicial o policial...

Reino Unido es el país que pone más pegas: quiere mantener el derecho al veto en todo lo relativo a la fiscalidad, a pesar de que el proyecto sólo lo elimina en la lucha contra el fraude fiscal o en la definición de las bases fiscales, y en todo lo relativo a la seguridad social. Le apoyan Holanda, Luxemburgo, Irlanda y los nórdicos. Alemania tampoco quiere que desaparezca el veto en derechos sociales de los inmigrantes.

En política exterior, tan clave para las soberanías nacionales, Italia ha propuesto abrir un poco la puerta: el Consejo aprobaría por mayoría cualificada, sin derecho a veto, las propuestas que provengan del ministro europeo de Exteriores. El Reino Unido lo objeta.

- Opciones. Probable que en la cumbre de Bruselas de este fin de semana dé marcha atrás en la mayoría de esas líneas rojas marcadas por Londres y Berlín.

DIPLOMACIA
El ministro de Exteriores

El ministro europeo de Exteriores, nombrado por los jefes de Estado y Gobierno, dirigirá la política exterior y de seguridad común bajo las directrices de los líderes. Presidirá el Consejo de Exteriores de la UE y, a la vez, será vicepresidente de la Comisión Europea. Este doble sombrero es visto con recelo por los pequeños y por el propio Ejecutivo comunitario, porque temen que se convierta en un caballo de Troya de los Gobiernos en la Comisión. Londres, además, aún se resiste a que se llame "ministro".

- Opciones. Seguiría llamándose "ministro", pero dejando clara su dependencia del Consejo, de los Gobiernos, y mucho menos de la Comisión y su presidente.

DEFENSA
Defensa mutua y respeto a los neutrales

El proyecto constitucional prevé que los países con capacidades militares adecuadas que deseen ir más lejos podrán formar una avanzadilla (una "cooperación estructurada"), para crear una fuerza europea de combate con autonomía para actuar fuera de la Unión Europea. Si uno de ellos fuera atacado, el resto acudiría en su ayuda con los medios disponibles a su alcance (cláusula de defensa mutua). España ha insistido en que esa avanzadilla debe quedar abierta a todos los que deseen participar.

Por insistencia del Reino Unido, Polonia, España y otros, en esa parte de la Constitución se ha introducido la referencia de que la OTAN sigue siendo la base de la defensa europea.

Los países neutrales (Suecia, Austria, Finlandia e Irlanda) quieren dejar a salvo su condición de tales recogida en sus constituciones.

- Opciones. Ya hay consenso para que esa cooperación estructurada quede abierta a todos los países. Italia ya ha propuesto aclarar que esos artículos de la Constitución europea no prejuzgan los principios constitucionales de los neutrales.

ECONOMÍA
Coordinación de las políticas económicas

El proyecto actual da más competencias a la Comisión Europea a la hora de coordinar la políticas económicas de los países. En caso de incumplir el Pacto de Estabilidad, por ejemplo, prevé que el Ejecutivo comunitario lance la alerta sobre un país sin pasar por el visto bueno de los ministros de Finanzas (Ecofin) y que el procedimiento de castigo y sanciones tenga que ser rechazado por unanimidad en el Ecofin. El proyecto también da al Parlamento Europeo la última palabra en la aprobación de los presupuestos anuales de la Unión. El Ecofin, el Reino Unido, España y Alemania objetan en todo o en parte esos puntos.

- Opciones. Italia ya ha insinuado que ni la Comisión Europea podrá tener tanto poder, sobre todo cuando el Pacto de Estabilidad está ya en coma por el ataque franco-alemán, ni la Eurocámara podrá decidir autónoma-mente el presupuesto anual sin alcanzar un acuerdo con el Ecofin.

Giscard d'Estaing, durante la apertura de la Convención Europea.
Giscard d'Estaing, durante la apertura de la Convención Europea.REUTERS

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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