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China, Irán y EE UU, récord de ejecuciones

Yolanda Monge

"La muerte no equivale a justicia. La pena de muerte es una violación de los mismos cimientos del valor humano y la dignidad", aseguró ayer Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional. Khan consideró "ultrajante" que los Estados sigan llevando a cabo ejecuciones.

En lo que va de año ha habido más de ochenta ejecuciones en Irán, 57 en Estados Unidos y 40 en Arabia Saudí. En 2002, Amnistía Internacional registró 3.248 sentencias a muerte en 67 países distintos, mientras que 1.526 hombres y mujeres fueron ejecutados en 31 países. El número de penas capitales registradas en China e Irán fueron 1.060 y 113, respectivamente, aunque el número real podría ser bastante más alto en ambos países. En EE UU fueron ejecutadas legalmente 71 personas en 2002.

Con motivo de la conmemoración del Día Mundial contra la Pena de Muerte, Khan expresó ayer, en una nota difundida a los medios de comunicación en Madrid, que "no ha habido ninguna investigación que demuestre el efecto disuasorio de esta pena". Más bien al contrario. La pena de muerte, en opinión de Khan, "se aplica de forma discriminatoria y no tiene sentido en la sociedad moderna que respeta los derechos humanos".

"El mundo se está acercando cada vez más a acabar con la pena de muerte, pero aún queda mucho por hacer", manifestó AI. "Ya hay 76 países que han abolido la pena de muerte para todos los delitos [en el mundo existen cerca de 200 Estados] y 16 países la han abolido, salvo para los delitos de extraordinaria gravedad. Otros 20 países son abolicionistas de hecho, es decir, ya no llevan a cabo ejecuciones".

Pese a esta "clara tendencia hacia la abolición", AI lamentó que "algunos países continúen ejecutando a prisioneros", y denunció que "personas son legalmente ejecutadas por el Estado mediante inyecciones letales, horca, fusilamientos e incluso lapidación". Son 83 los países que se niegan a seguir la tendencia mundial, entre ellos Estados Unidos, Irán, Japón, China, Nigeria, Arabia Saudí y Uzbekistán. Algunos de estos países incluso aplican esta pena a personas que tenían menos de 18 años cuando cometieron los delitos por los que fueron condenados.

AI también expresó su preocupación por la pena de muerte en Vietnam, donde se ha experimentado un aumento espectacular de las ejecuciones desde comienzos de 2003. Según los datos oficiales, unas ochenta personas han sido condenadas a muerte este año. En China, que en años anteriores ha ejecutado a más personas que ningún otro país, el Gobierno, en un esfuerzo de mejorar la eficiencia económica de la aplicación de esta pena, ha introducido las llamadas "furgonetas móviles de ejecución".

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Por su parte, AI recordó que sigue "muy de cerca" los casos de los dos españoles condenados a pena de muerte. Nabil Manakli, en riesgo de inminente ejecución en Yemen, y Pablo Ibar, actualmente en el corredor de la muerte en Florida (Estados Unidos).

AI instó ayer a los ciudadanos de todo el mundo a que firmen la petición en Internet que apela a los Gobiernos a que cesen inmediatamente las ejecuciones. Las peticiones a los diferentes Gobiernos pueden realizarse a través de la página web www.worldcoalition.org. El Día Mundial contra la Pena de Muerte se organiza desde la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte, algunos Gobiernos, sindicatos, colegios de abogados y organizaciones de derechos humanos que trabajan para la abolición universal de la pena capital.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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