'El amante de lady Chatterley', de D. H. Lawrence
EL PAÍS edita la novela más famosa y provocadora del escritor británico
En 1928, el escritor británico David Herbert Lawrence (1885-1930) publicaba El amante de lady
Chatterley, la novela que podrá adquirir el lector del EL PAÍS mañana, viernes, por 2,95 euros al comprar el diario. Lawrence ya gozaba de fama como escritor cuando se editó la apasionada relación de una aristócrata con uno de sus sirvientes, trama que, naturalmente, escandalizó una vez más a quienes anteponían los convencionalismos sociales a la libertad sexual y el placer del amor carnal. Ya en 1915 había sido prohibida en Gran Bretaña su novela El arco iris. La calificación de obscena, unida a la justificación de la carnicería de la Primera Guerra Mundial, ratificó su convicción en que los valores predominantes de la sociedad occidental condenaban los instintos vitales. En 1921 decidió abandonar su país e iniciar un largo peregrinaje que le llevó a residir en Francia, Italia, México, Estados Unidos y Australia. Autor de poemas, libros de viajes y ensayos literarios, muere aquejado de tuberculosis en Vence (Francia), en 1930. En vida recibió apasionados elogios y furibundas críticas. Más tarde fue considerado como uno de los grandes renovadores de la narrativa del siglo XX.
Palabras tabú
Lawrence era consciente de que El amante de Lady Chatterley iba a provocar un escándalo, aunque no sabía de qué tamaño. Ya había ocurrido con varios de sus libros anteriores, y en éste vertía toda la rabia acumulada contra la sociedad hipócrita y clasista que había intentado castigarle.
La novela se publicó por primera vez en Florencia en 1928 en una edición limitada. Al año siguiente, Lawrence envió un texto corregido a una imprenta de París. El autor moriría de tuberculosis meses después. No llegó a ver el libro publicado en el Reino Unido, que no apareció hasta 1932, y eso sólo después de que la censura procediese a una meticulosa amputación de párrafos "obscenos" y palabras "gruesas".
En 1959 se publica en Nueva York el texto íntegro. Un año después llega a las librerías la primera edición sin censurar salida de una imprenta británica. El asunto acabó en los tribunales. La sentencia judicial del caso Regina contra
Penguin Books Limited sienta precedente al permitir el uso de palabras sexuales "tabú". Lawrence gana después de muerto su última batalla.