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Schröder lanza una amplia reforma fiscal para reactivar la economía

Las medidas incluyen un recorte de ayudas públicas al sector privado

Alemania es un país en proceso de cambios para reactivar su economía y así lo volvió a dejar ayer claro su canciller, Gerhard Schröder, al presentar un nuevo paquete de reformas aprobadas horas antes por su Gobierno. El nuevo bloque de la denominada Agenda 2010 incluye la fusión de los pagos de subsidio de desempleo con los de la asistencia social, la reestructuración de la Oficina Federal de Empleo, un masivo recorte de ayudas públicas al sector privado, el adelanto en un año de una nueva rebaja del IRPF y sustanciales ajustes en el reparto de los ingresos fiscales entre el Estado federal, los länder (Estados federados) y los ayuntamientos.

Schröder llegó a la una de la tarde a la Casa de la Prensa en Berlín, hizo una escueta presentación de 15 minutos y después sorprendió a los casi dos centenares de periodistas presentes en la sala con su anuncio de que tenía tiempo hasta las cuatro para responder a cualquier pregunta que se les antojara. La inusual disponibilidad de todo un jefe de Gobierno no parecía fortuita: en las dos últimas semanas -durante las cuales Schröder se ha retirado a descansar a su casa de Hannover- la mayoría de los medios de comunicación alemanes han arremetido fuertemente contra lo que a su juicio es un errático e incoherente ímpetu reformador. Sí, el Gobierno rojiverde finalmente está poniendo manos a la obra, pero el resultado es una chapuza tras otra, aseguraba el coro periodístico.

Con lo que Schröder llegó a explicarse, empezando por las líneas más generales de la estrategia: "Adelantar reformas estructurales sin perder de vista la necesidad de fortalecer los impulsos de crecimiento económico". Luego, rápidamente, pasó a los pormenores. Como, por ejemplo, al proyecto de ampliar a los profesionales autónomos, incluidos los médicos y los abogados, el cobro del impuesto sobre sociedades. Este tributo es misión de los ayuntamientos que, al mismo tiempo, dejarán de encargarse de buena parte de la gestión de la asistencia social, lo que aliviará sus presupuestos. Pero Berlín, en este toma y daca, quiere a cambio otros fondos. Lo que está en juego, en suma, es el reparto de los recursos públicos dentro del mismo Estado federal.

Y hay mucho más. Los que ahora cobren la ayuda social y estén en disposición de trabajar -1,3 millones de personas- tendrán que entenderse con la hoy Oficina Federal de Empleo. Esta entidad pasará a llamarse Agencia Federal y deberá centrarse ya no en administrar las prestaciones y subsidios por desempleo, sino en conseguir trabajo. Para ello necesitará más especialistas y verá aumentar su burocracia, según se ha comenzado a criticar ya. "Es cierto, todo tiene que ver con todo", se sonrió ayer el canciller, que mostró una admirable seguridad a la hora de navegar en este mare mágnum reformador.

Gerhard Schröder.
Gerhard Schröder.
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