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Reguera se queja de falta de apoyo oficial para una bienal

El pintor logró entrar en la exposición de Washington gracias a la Embajada de Holanda

Javier Casqueiro

El pintor segoviano Alberto Reguera (1961) ha entrado en la bienal de artistas de la Unión Europea que se desarrollará este mes de junio en Washington invitado en nombre de España. Pero Reguera, orgulloso inicialmente por la selección, casi se siente ahora más holandés que español. Desde luego, está más agradecido a la Embajada de Holanda que a la de España, de la que no ha recibido ningún apoyo y sí mucho ninguneo hasta el día de la inauguración.

La exposición, patrocinada por la Comisión Europea, ofrece el trabajo más reciente de 15 pintores europeos en las 11 mejores galerías de Washington. El montaje de El arte europeo en las galerías de Dupont Circle se inauguró el pasado miércoles y estará abierto hasta el 28 de este mes.

La idea la fraguó el prestigioso coleccionista privado Marc Moyens, fallecido recientemente, con algunos de sus socios y colaboradores y con el impulso oficial de la Comisión Europea y de muchas de las embajadas de esos países asentadas en Washington. El proyecto comenzó a andar el pasado mes de enero.

Moyens efectuó una primera selección y se puso en contacto con los artistas invitados. Por España eligió a Alberto Reguera, del que ya había montado antes dos exposiciones individuales en su conocida Galería K. Reguera, con estudios abiertos en Madrid y París y una inspiración artística heredada de los abstractos líricos franceses de los cincuenta, aceptó encantado el envite. Sus primeras obras, sobre papel y con ceras, estaban dentro de una corriente surrealista, aunque en los últimos años, sin abandonar la abstracción, el artista realiza las obras con un mayor interés por la calidad en la materia del cuadro. El artista se ha declarado admirador de la obra de Rothko y de Zóbel.

Sin respuesta

Los organizadores se pusieron rápidamente en contacto con los responsables culturales de las distintas embajadas europeas en Washington. Moyens no encontró ninguna respuesta en la Embajada de España, que representa ahora Javier Rupérez. Sus colaboradores aseguran que ni le contestaban las llamadas. Pese al silencio y más tarde la falta de disposición de la Embajada española a pagar simplemente el transporte de los cuadros del artista, Reguera logró mantenerse entre los seleccionados. Le apoyaron económicamente los propios galeristas y la Embajada de Holanda, que obviamente también respaldó a dos pintores de su país. Reguera se hizo cargo personalmente del coste del traslado de los cuadros (negoció al final un precio rebajado de sólo 2.000 dólares) y llegó a Washington para el montaje de la exposición, ilusionado y también frustrado por la falta de apoyo oficial. No se ha sentido "un producto exportado por el Gobierno" de su país. Pero el traspaso de la aduana tampoco fue fácil. Se tropezó con algunas trabas burocráticas.

Intentó recurrir de nuevo a la Embajada española y no halló respuesta. La recabó otra vez en la delegación holandesa, de la que habla maravillas. Reguera consiguió montar sus siete cuadros la noche de la víspera de la inauguración. El estreno fue un éxito. Los lienzos, en los que retoma una vuelta a la materia y a las texturas metálicas, con tonos cobre y una enorme sensación de profundidad, fueron muy admirados. Cuando todos sus problemas y su enfado habían empezado a remitir, apareció en la galería un representante de la Embajada de España para ofrecer una promesa de futuras ayudas. Casi fue peor.

La Embajada de España en Washington maneja un presupuesto anual en el apartado de la promoción cultural de unos 100.000 dólares para la organización de unos 30 actos en todo Estados Unidos. Una representante oficial rechazó cualquier intencionalidad de ninguneo contra el artista y por la falta de eco a las llamadas de los galeristas.

Pero luego ratificó que cuando se les solicitó el patrocinio del trasporte no lo pudieron asumir porque no disponían de recursos. Tras conocer el calado de la obra de Alberto Reguera, el nivel de la exposición y las quejas del artista ya en Washington, la embajada ha ofrecido hacerse cargo de los 2.000 dólares del traslado y hasta se ha pensado encargar una posible obra específica para la legación.

Alberto Reguera, con una carpeta ilustrada de poemas de Pino.
Alberto Reguera, con una carpeta ilustrada de poemas de Pino.AURELIO MARTÍN
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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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