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GUERRA CONTRA EL TERROR

España advirtió a Indonesia de que tenía bases de Al Qaeda

La policía informó hace un año de la existencia de campos y dirigentes terroristas de Al Qaeda

José María Irujo

La policía española facilitó hace un año a las autoridades indonesias datos precisos sobre la ubicación de un campo de entrenamiento militar de Al Qaeda en la isla de Sulawesi, en el mar de Molucca, y sobre su líder Parlindungan Siregar, un ingeniero técnico aeronáutico vinculado a una red española de radicales islamistas, sin que hasta el momento hayan recibido respuesta acerca del paradero o de las actividades de este indonesio al que se vincula con la organización terrorista Lashkar Yihad, grupo próximo a Osama Bin Laden.

A petición del fiscal de la Audiencia Nacional Pedro Rubira, el juez Baltasar Garzón enviará esta semana una comisión rogatoria a Indonesia para reclamar una investigación sobre este campo terrorista y sobre las actividades de Parlindungan, cuyo paradero ahora se desconoce. La fiscalía estudia pedir una orden de búsqueda y captura contra el indonesio que creó un campo de entrenamiento terrorista en su país, visitado y supervisado por dos de los miembros de la célula española detenidos el pasado mes de noviembre y a los que Garzón vincula con el 11-S.

'Está lleno de soldados y buscan las armas para quitárnoslas', dijo Parlin a Abu Dahdah
Dos miembros de la célula española visitaron y supervisaron el campo terrorista en una de las islas
Lashkar Yihad, el grupo del ingeniero indonesio, está ligado a Yamaa Islamiya
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'Es una tremenda desgracia lo que ha ocurrido en Indonesia, pero demuestra que nuestras investigaciones no estaban mal encaminados al advertir de la existencia de campos de entrenamiento terrorista en ese país', señalan fuentes de la fiscalía. Una advertencia que ha servido de poco. 'Les dimos todo lujo de detalles. Desde la posible ubicación del campo terrorista hasta los datos de Parlin y el número de teléfono que usaba en sus comunicaciones con España, pero no recibimos respuesta', señala un mando policial español.

Una llamada

El 7 de julio de 2001 el teléfono de Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, el sirio-español que dirigía en Madrid una presunta célula de Al Qaeda, recibió una llamada desde Indonesia que despertó la atención de los policías que desde hacía varios años espiaban sus conversaciones porque se oían con nitidez ráfagas de disparos como telón de fondo. 'Aquí la cosa está mejor para nosotros... De todas formas todo está lleno de soldados y buscan las armas para quitárnoslas', le comunicó su interlocutor.

Los agentes que oían el diálogo en español entre Abu Dahdah y su comunicante no tuvieron ningún problema para identificar a este último. La voz de Parlindungan Siregar, Parlin, de 35 años, es muy característica, y además el indonesio se presentó con su nombre y sin adoptar ninguna medida de seguridad, algo que molestaba al sirio, acostumbrado a un lenguaje críptico que desconcertaba a los policías que le vigilaban desde 1995.

Ese día Parlin telefoneó a Abu Dahdah desde Sulawesi, una de las 17.000 islas de Indonesia, en la que desde hacía un año dirigía un campo de entrenamiento terrorista de Al Qaeda donde se habían formado centenares de hombres. El joven indonesio había cambiado su confortable vida de estudiante en la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Aeronáutica de Madrid por los barracones de madera del campo guerrillero donde se entrenaban muyahidin procedentes de todo el planeta.

Abu Dahdah, un sirio de 38 años, casado con una madrileña y padre de cinco hijos, había supervisado el campo de entrenamiento terrorista un año antes de la mano de su amigo Parlin, según aseguran los agentes de la Unidad Central de Información Exterior que seguían sus pasos por varios continentes.

Parlin y Abu Dahdah se habían conocido varios años antes en la mezquita Abu Baker, en el barrio madrileño de Estrecho, donde el sirio lideraba a Los Soldados de Alá, un movimiento extremista que repartía propaganda de Osama Bin Laden y reclutaba muyahidin para campos terroristas en Chechenia y Afganistán.

Parlin, bajito, moreno, delgado, con bigote y perilla, vivía en el barrio madrileño de Vallecas y había conseguido en 1989 una beca de Construcciones Aeronáuticas (CASA) para estudiar ingeniería aeronáutica en la Universidad Politécnica de Madrid gracias al convenio que la empresa española mantenía con Nurtanio, una compañía industrial de Indonesia. Sus profesores lo recuerdan como un 'muchacho normal y muy religioso' que no llamó la atención de nadie.

Parlin no pudo terminar sus estudios, una carrera de seis años, y pidió en 1993 el traslado a la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Aeronáutica de sólo tres cursos. Se matriculó en dos especialidades, aeronaves y aeromotores, y terminó una de ellas en 1997.

La relación entre Abu Dahdah y el indonesio se afianzó y los policías que vigilaban al sirio comprobaron que el ingeniero aeronáutico mostraba mayor interés por las actividades propagandistas de Los Soldados de Alá y por asistir a las manifestaciones a favor del pueblo palestino que por estrenar su título de ingeniero.

Parlin dominaba el kárate y conseguía algo de dinero gracias a las clases de esta especialidad que impartía a miembros de la colonia indonesia. Entre sus alumnos tenía a uno de los hijos de Abu Dahdah y a José Luis Galán, Yusuf, el único español del grupo radical islamista, con el que entabló una gran amistad, un hombre con el que compartía la afición por las artes marciales.

Galán era además un apasionado del tiro olímpico y practicaba con sus carabinas en la galería del casino militar, en la Gran Vía madrileña. Este español convertido al islam, casado y separado de una marroquí, había actuado como interventor y apoderado de HB en las elecciones autonómicas y al Parlamento Europeo en A Coruña.

En 2000, el indonesio desapareció de Madrid sin dejar rastro. Los agentes que vigilaban al grupo no supieron nada de él hasta que comenzó a telefonear a Abu Dahdah desde Indonesia y a facilitar datos sobre el campo terrorista que lideraba en una de sus islas. En esas mismas fechas, el resto del grupo se afanaba en financiar varios campos terroristas y enviar muyahidin a Chechenia y Afganistán, según se desprendía de las conversaciones teléfonicas que grababa la policía.

Meses antes de que Parlin telefoneara a Abu Dahdah para comunicarle que 'las cosas iban mejor para ellos' en el sureste asiático, el presunto dirigente de Al Qaeda en España había viajado desde Madrid a Poso (Indonesia), pueblo costero en la isla de Sulawesi, para ver al ingeniero técnico aeronáutico reconvertido a guerrillero y supervisar el campo levantado en un recóndito paraje, según aseguran los informes policiales.

En julio de 2001, el mismo mes en que las conversaciones de Abu Dahdah y Parlin recogían las ráfagas de metralleta, Yusuf Galán viajó a Indonesia y permaneció varias semanas en el campo terrorista formándose como un muyahidin más, según aseguró Garzón en el auto de procesamiento que le condujo a prisión junto a los demás implicados en la presunta célula de Al Qaeda.

Según el juez, a dicho campo 'están llegando muyahidin con objeto de hacer la yihad contra los cristianos que viven en la zona'. Galán se fotografió en el campo con la cinta típica de los muyahidin y un arma en cada mano rodeado de orientales y guardó las instantáneas en su piso de la madrileña calle de Martín de los Heros, donde convivía con un argelino y un joven de Melilla.

A su regreso a Madrid, Yusuf Galán trajo una carta de Parlin para Abu Dahdah, y varios de los miembros de Los Soldados de Alá comentaron en sus reuniones la necesidad de recolectar dinero y ayudas para el proyecto del indonesio y sus muyahidin, algunos de ellos árabes. En Yakarta, lugar de nacimiento del ingeniero técnico aeronáutico, sus padres y hermanos ignoraban el paradero de su familiar, aunque éste les había comunicado su regreso a Indonesia.

Meses después de estos viajes de los miembros de la célula española, la policía comunicó a las autoridades indonesias el descubrimiento del campo terrorista de Al Qaeda en ese país de 220 millones de habitantes. El grupo de Parlin mantiene conexiones con Yamaa Islamiya, movimiento que lidera Abu Bakar Baashir, el líder religioso de 64 años sospechoso de estar tras el atentado de Bali.

Fuentes policiales destacan que Indonesia es el país con mayor población musulmana del mundo y aseguran que antes del atentado de Bali sus servicios de inteligencia estaban divididos sobre la conveniencia de perseguir a los grupos integristas musulmanes como Yamaa Islamiya, una situación similar a la que se vive en Pakistán. El Gobierno de Yakarta ha negado siempre la existencia de campos de Al Qaeda. 'Han tenido que sufrir un terrible atentado para reconocer que Al Qaeda estaba viva en su propio territorio', dice un experto.

Un portavoz de la Embajada de Indonesia en Madrid asegura que no se ignoró el aviso español, que se investigan los datos facilitados por la policía española e insiste en que 'no hay campos de Al Qaeda en nuestro país, sólo enfrentamientos en algunas zonas entre musulmanes y cristianos'.

Parlindungan Siregar, fotografiado por la policía en Madrid.
Parlindungan Siregar, fotografiado por la policía en Madrid.

'Si quisiera entrenamiento militar habría ido a EE UU'

'Déjeme que termine la pregunta. ¿Realizó usted algún tipo de entrenamiento militar en Indonesia?', preguntó el juez Baltasar Garzón a José Luis Galán, Yusuf, uno de los presuntos miembros de la célula de Al Qaeda desarticulada después del 11-S en España.

'Ya le digo que no, porque si hubiera querido hacer un entrenamiento militar hubiera acudido a Estados Unidos o a otro sitio', contestó el detenido, hoy en prisión.

Juez. ¿Ha mantenido usted contacto con Parlindungan Siregar en Indonesia? ¿Qué hizo allí con él?

Galán. Pues me enseñó la ciudad, visitamos las casas....

Juez. ¿Le dijo Abu Dahdah que le iba a proporcionar dinero para Indonesia?

Galán. Efectivamente, y creo que se refería a las 20.000 pesetas que me iba a prestar un amigo.

Tanto José Luis Galán como Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, el presunto dirigente de la célula española de Al Qaeda, han reconocido ante el juez Garzón y el fiscal Pedro Rubira sus viajes a Indonesia y su amistad con Parlindungan Siregar, pero negaron conocer la existencia del campo terrorista que, según la policía, lideraba en ese país el ingeniero aeronáutico indonesio.

'Cuando le llamó Parlin y le dijo que todo estaba lleno de soldados y que estaban buscando las armas para quitárselas, de qué armas estába hablando', preguntó el juez a Abu Dahdah. 'Le juro que no sé a qué armas se refieren. Me está contando que ellos viven un conflicto en la zona que vive él.... ¿Qué voy a contestar? ¿Qué voy a decirle? Tienen armas algunas veces, flechas y cosas de casa', contestó el detenido.

'Por eso, cuando hablaban por teléfono se oían los disparos', le replicó el juez. 'No, los disparos no son de ellos, porque los soldados viven con ellos, el Ejército de Indonesia. Yo le juro que no tienen nada, sólo flechas....', insistió Abu Dahdah.

El presunto dirigente de Al Qaeda declaró que viajó a Indonesia en 2001 'porque un amigo comerciante de Granada me pidió si le podía traer un tipo de madera que se llama teka, que me sale un contenedor a 6.000 dólares y lo podemos vender aquí hasta 20.000. Luego, otro amigo me echó la cosa atrás... porque todo el mundo ya estaba trabajando con la teka'.

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Sobre la firma

José María Irujo
Es jefe de Investigación. Especialista en terrorismo de ETA y yihadista, trabajó en El Globo, Cambio 16 y Diario 16. Por sus investigaciones, especialmente el caso Roldán, ha recibido numerosos premios, entre ellos el Ortega y Gasset y el Premio Internacional Rey de España. Ha publicado cinco libros, el último "El Agujero", sobre el 11-M.

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