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PRIMERA CLAUSURA PROGRAMADA DE UNA CENTRAL ATÓMICA

Vandellòs I, único precedente de desmantelamiento

La única nuclear en la que la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (Enresa) ha acometido un desmantelamiento es Vandellòs I, cuya clausura fue dictaminada por orden gubernamental tras el accidente de octubre de 1989. Enresa inició el desmantelamiento en 1998, y hasta hoy se ha realizado el 91%.

A finales de año, las tareas estarán completadas y sólo quedará el reactor, protegido por un nuevo cajón de hormigón. Se iniciará entonces el llamado periodo de latencia, de 25 años, para que la radiactividad decaiga hasta el 5% de la inicial, y para proceder sin riesgos a la total demolición.

A diferencia de Zorita, Vandellòs I, una central de grafito-gas con una potencia instalada de 497 megawatios, fue clausurada como consecuencia de un accidente, el más grave sufrido por una instalación nuclear española.

Más información
La central nuclear de Zorita cerrará en abril de 2006

El ministerio realizó un estudio del coste que podía suponer la nueva puesta en marcha de la central y lo situó por encima de los 40.000 millones de pesetas, cifra considerada excesiva por la propietaria, Hispano-Francesa de Energía Nuclear (Hifrensa). El ministro socialista de Industria, Claudio Aranzadi, anunció la orden de clausura de la nuclear en 1990.

Residuos

A partir de entonces, la propietaria inició los trabajos preparatorios para abandonar la instalación. Los residuos de alta actividad (básicamente combustible gastado) generados por el complejo, que operó 18 años, se enviaron a Francia, donde aún están a la espera de que el Gobierno español decida sobre un lugar de emplazamiento. Enresa diseñó un plan para el desmantelamiento en tres fases: una preparatoria, otra de acometida del desmantelamiento y preparación para la latencia y, finalmente la de desmantelamiento del reactor, que comenzará el año 2027. Enresa tiene previsto completar las dos fases iniciales a finales de año y para ello ha requerido de un presupuesto de 89 millones de euros.

Un gran problema de Vandellòs I, que no tendrá Zorita por sus distintas características, ha sido el gran volumen de materiales, radiactivos o no, que se han tenido que manejar. Se han gestionado 296.000 toneladas de residuos, de los que sólo 2.000 han sido tratados como radiactivos y trasladados al centro de almacenamiento de El Cabril. 227.000 son escombros de hormigón. Enresa está desmontando el cajón del reactor, que dejará al descubierto la nueva estructura hexagonal, también de hormigón, que reduce en un 30% el volumen del anterior y prepara el complejo para el periodo de latencia.

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