_
_
_
_

El hombre fuerte del Este

Ángeles Espinosa

Comerciante reconvertido a guerrillero, primero, y a político, después, Abdul Qadir, al que todos llamaban respetuosamente hayi Qadir por haber realizado la peregrinación a La Meca, acababa de ser nombrado vicepresidente y ministro de Obras Públicas en el nuevo Gobierno de Hamid Karzai hace apenas 10 días. Su elección fue fruto del esfuerzo por reequilibrar el peso de los diferentes grupos étnico-tribales.

El hombre más influyente del este de Afganistán, uno de los principales señores de la guerra de las provincias orientales, era uno de los pocos pastunes miembros de la Alianza del Norte (AN). Los pastunes, entre un 38% y un 60% de la población según las fuentes, se habían quejado del excesivo peso político obtenido por los tayicos (la espina dorsal de la AN y en torno al 35% de los habitantes) en los Acuerdos de Bonn. Él mismo abandonó por ese motivo aquella reunión.

Más información
El asesinato de un vicepresidente resucita el miedo a la guerra en Afganistán
Las fuerzas de paz de Afganistán se ponen en alerta tras el asesinato del vicepresidente
Washington exige a los 'señores de la guerra' del norte que pongan fin a la inseguridad
Detenidas en Kabul dos personas que pretendían atentar contra Hamid Karzai

La invasión soviética en 1979 cambió su vida, como la de tantos millones de afganos. Qadir, que hasta entonces se había dedicado al comercio, en especial con Alemania, guardó los trajes de negocios, se vistió con el tradicional shalwar kemiz y se echó al monte con la resistencia, los famosos muyahidin. Al igual que su hermano Abdul Haq, asesinado el pasado octubre por los talibanes, se hizo un nombre como comandante guerrillero.

Cuando los muyahidin tomaron Jalalabad, capital de Nangarhar, asumió el cargo de gobernador de esa provincia, lo que reforzó su peso político. Pero no todo estaba asegurado. Ante el avance de los talibanes, que se negaron a pactar con los diferentes señores de la guerra, Qadir abandonó la ciudad con la ayuda de los servicios secretos paquistaníes y saudíes en septiembre de 1996.

Qadir se instaló en la vecina Peshawar (Pakistán), desde donde, con ayuda de otros comandantes muyahidin, intentó recomponer la Shura Oriental, el consejo local que respaldaba su poder. Tras el derrumbe del régimen talibán, se apresuró a cruzar la frontera y reocupar el palacio del gobernador, antes de que sus rivales hicieran lo propio.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_