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Destruidos por la tortura

La dureza de las peticiones del fiscal en un juicio en el que la única prueba irrefutable han sido las torturas infligidas a los presos, llega en un mal momento para Guinea Ecuatorial.

En abril, la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas decidió retirar a su relator especial en el país africano, el colombiano Gustavo Gallón Giraldo, por supuesta mejora de la situación.

Este mismo año, el Parlamento guineano, dominado en exclusiva por el régimen, ratificó la Convención Internacional contra la Tortura y los Tratos Inhumanos y Degradantes. Con ese gesto, el país se ha colocado bajo a la jurisdicción internacional en materia de respeto de los derechos fundamentales del ser humano.

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Mientras se daban esos pasos para maquillar la imagen del régimen, la policía detenía a decenas de personas de la tribu ncodjuén en la región de Mongomo, les negaba asistencia letrada y las sometía a palizas.

El resultado de esos métodos fue evidente durante la vista oral: manos rotas, tobillos lacerados... 'personas destruidas', según palabras pronunciadas ayer por alguno de los abogados.

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