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Reportaje:

Cabilia se subleva contra las elecciones argelinas

Manifestaciones, cortes de carreteras y quema de urnas boicotean los comicios de hoy

Por un lado, la población de Cabilia empeñada en impedir la celebración en su región de las elecciones legislativas de hoy. Por otro, el régimen argelino dispuesto a toda costa a permitir que los habitantes, aunque sean pocos, acudan a las urnas. Sumida en una huelga general desde el martes, Cabilia es el escenario de un pulso violento entre jóvenes insurrectos y fuerzas de orden público que hoy alcanzará su paroxismo.

'¡No a la mascarada electoral! ¡Votar es traicionar la memoria de nuestros mártires! ¡Poder asesino!'. Coreando estos eslóganes, miles de jóvenes se han enfrentado estos días en las vías de acceso a Azazga, Boghni o Tizi Uzu, la capital regional, a las unidades antidisturbios con un saldo elevado de heridos en ambos bandos. Erigir barricadas en las carreteras es una más de las modalidades de boicoteo de la convocatoria electoral en esta región de cinco millones de habitantes, la sexta parte de la población argelina, situada a un centenar de kilómetros al este de Argel.

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Los jóvenes han robado también urnas para quemarlas, ocupan las sedes de numerosos colegios electorales y han llegado a sellar con soplete las puertas de otros edificios que podrían sustituir a los conquistados. 'Es un boicoteo muy dinámico', afirma Lakhdar Siad, corresponsal de La Tribune en Tizi Uzu. Para hacerle frente, el Ministerio del Interior y el Ejército estarían, según la prensa argelina, enviando desde el martes refuerzos a la región rebelde ya de por sí repleta de policías. Varios centenares de autobuses han sido además requisados en Argel para trasladar hoy a electores fuertemente escoltados que, según el Frente de Fuerzas Socialistas (FFS), no están empadronados allí. 'Este grosero montaje electoral explica en parte la prohibición decretada para la prensa internacional' de viajar a Cabilia, denuncia en un comunicado. A los periodistas extranjeros, las autoridades argelinas les imponen una escolta policial por razones de seguridad en un país todavía azotado por el terrorismo islámico. A finales de la semana pasada los policías que acompañaban a un equipo de la televisión pública francesa fueron agredidos por los habitantes de un pueblo. Para evitar que los escoltas sean de nuevo atacados, Cabilia ha sido vetada a la prensa extranjera.

No está claro si hoy habrá electores en los colegios, pero hasta ahora no hubo público en los mítines. Las cuatro reuniones de propaganda, sobre un total de 88 anunciadas en Tizi Uzu, que no fueron canceladas por temor a incidentes, se desarrollaron bajo una fuerte protección policial. 'Había más agentes que público para escuchar al candidato a diputado', ironiza un periodista argelino. Cuando se convocaron los comicios, el FFS y el Reagrupamiento para la Cultura y la Democracia, dos formaciones con fuerte presencia en Cabilia, preconizaron la abstención electoral pero como ha sucedido otras veces desde que hace 15 meses estalló la revuelta, se han visto desbordados por los archs, unos comités que reagrupan a jefes tribales y notables locales, que impusieron el boicoteo activo. Gozan de un amplio respaldo popular. 'El movimiento ciudadano exige la satisfacción de todos los puntos de su plataforma antes de celebrar una consulta electoral', explica por teléfono Belaid Abrika, uno de los dirigentes de los archs.

Desde que el presidente Abdelaziz Buteflika anunció las elecciones, los archs han conseguido, probablemente para tratar de apaciguarles, algunos de sus objetivos. Traicionando su trayectoria política, el presidente Buteflika modificó la Constitución para incluir el tamazig, el idioma de los bereberes de Cabilia y de otras zonas de Argelia, como lengua nacional junto al árabe.

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Una veintena de brigadas de la Gendarmería argelina han sido evacuadas de la región -sus cuarteles fueron inmediatamente arrasados por la muchedumbre- y sustituidas por policías dependientes del Ministerio del Interior.

Un grupo de jóvenes bereberes traslada un tronco para bloquear una carretera al este de Argel.
Un grupo de jóvenes bereberes traslada un tronco para bloquear una carretera al este de Argel.EPA

Las víctimas serán indemnizadas

Las familias de las víctimas de la represión en la Cabilia argelina han obtenido la promesa de ser indemnizadas. Mientras no se satisfagan los demás puntos de su plataforma reivindicativa, no cejarán, sin embargo, en su lucha que mantienen desde hace años. Los archs exigen que sean juzgados los responsables militares de los que depende la Gendarmería argelina, el cuerpo de seguridad más odiado por su técnicas de despiadada represión, y que decenas de activistas bereberes que se encuentran en situación de detención preventiva sean puestos en libertad. Las víctimas piden, en un manifiesto que fue insertado ayer como publicidad en el diario Liberté, el fin de de un sistema político que califican de 'rentista, corrupto y que corrompe'.

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