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Un terremoto en el norte de Afganistán causa miles de muertos

El Gobierno provisional hace un llamamiento internacional para socorrer a los desplazados

El 90% de las 3.000 casas que forman la localidad de Nahrin quedaron ayer totalmente destruidas por un terremoto, de 6,7 grados en la escala de Ritcher, que devastó la provincia de Baglan, en el norte de Afganistán. Las primeras informaciones procedentes de esta región, situada al pie de la cordillera del Hindu Kush, aseguran que han sido recuperados 600 cadáveres; pero, dado que el terreno es muy escarpado y los accesos son díficiles, las cifras pueden ser muy superiores. El Gobierno provisional afgano habla de 2.000 víctimas mortales, mientras que fuentes humanitarias elevan la cifra a 4.800 personas.

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'Ha sido una catástrofe tremenda. Más de 2.000 personas han muerto', dijo el ministro de Interior del Gobierno provisional afgano, Yunus Qanuni. 'Más de 3.000 personas han resultado heridas y calculamos que unas 30.000 se han quedado sin techo. Pedimos a todas las agencias internacionales y a todos los países extranjeros que nos ayuden en esta situación de emergencia', agregó.

Según Acted, una ONG francesa muy activa en Afganistán, en la región de Baglan viven unas 100.000 personas, y Nahrin, donde se situó el epicentro del terremoto, tiene unos 18.000 habitantes. El número de víctimas no ha sido superior porque se trata de una zona con una densidad de población muy baja y porque, en 2000 y 2001, se había producido un importante flujo de refugiados a causa de la guerra entre la Alianza del Norte y los talibanes y también de la sequía.

Los primeros testigos que han logrado llegar a esta zona describen un panorama devastador. 'Desde el helicóptero no hemos visto ninguna casa en pie, ni en Nahrin ni en los pueblos de los alrededores', señaló a la BBC el general Jalil, un comandante afgano, que sobrevoló la zona. 'La ciudad está destruida', relató el español Javier Leite, responsable de Médicos sin Fronteras (MSF) en Kabul. 'La sacudida más fuerte fue a las 19.30 del lunes, cuando todo el mundo se encontraba en sus casas, donde además se produce un gran hacinamiento'.

Las viviendas tradicionales afganas están construidas con adobe, los techos suelen ser de paja que se sostiene en vigas de madera. Su fragilidad se ha visto acentuada en los últimos días, según manifestaron fuentes humanitarias, a causa de las lluvias del principio de la primavera. 'Los habitantes se han refugiado donde han podido. La gente está aterrorizada y hay una gran confusión', aseguró Sibghtulá Zaki, un portavoz del señor de la guerra Abdul Rashid Dostum, que, desde Mazar-i-Sharif, controla gran parte del norte de Afganistán. Los temblores se repitieron durante todo el día.

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La primera ayuda humanitaria está comenzando a llegar; aunque el final del invierno afgano, el relieve -el Hindu Kush supera en esa zona los 4.000 metros de altura- y la seguridad no colaboran. La Media Luna Roja ha enviado un equipo médico de emergencia desde el Norte, mientras que Acted y MSF están evaluando las primeras necesidades sobre el terreno. Material médico, agua, alimentos, mantas, tiendas de campaña, ropa y materiales para enterrar rápidamente a los cadáveres y frenar la posibilidad de que se produzcan epidemias son las necesidades más inmediatas, según han manifestado representantes de las ONG, el Gobierno provisional afgano y la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), que se reunieron anoche en Kabul para coordinar la situación.

Rusia ya ha anunciado que piensa desplegar en las próximas horas un 'hospital volante' -formado por tiendas de plástico, preparadas para ser lanzadas desde el aire-, como el que instaló en Kabul en diciembre.

El portavoz del Gobierno provisional afgano, Yusuf Nuristani, señala en un mapa la zona devastada por el terremoto.
El portavoz del Gobierno provisional afgano, Yusuf Nuristani, señala en un mapa la zona devastada por el terremoto.AP

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