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Londres estudia enviar mercenarios al exterior para reducir costes

Straw defiende la 'exportación de servicios militares privados'

La visión pragmática del mundo no parece tener límites en el Nuevo Laborismo. El Gobierno de Tony Blair ha abierto un debate nacional sobre la conveniencia de utilizar mercenarios para reducir costes en las intervenciones militares en el exterior, cada vez más habituales en un mundo en el que la expresión intervención militar quiere estar cada vez más asociada a misión de paz.

El Parlamento británico acaba de recibir el Libro Blanco Compañías militares privadas: opciones para una regulación, para debatir el asunto. Fue encargado hace cuatro años, tras la polémica provocada por la sospecha de que el Gobierno estaba detrás de la exportación ilegal de armas a Sierra Leona, realizada por una compañía militar privada británica, Sandline International.

El Libro Verde no presenta propuestas, pero el ministro de Asuntos Exteriores, Jack Straw, firma una presentación del informe que más parece una calurosa bienvenida a la privatización de guerras y conflictos. 'La exportación de servicios militares privados es un asunto que debemos tomar muy en serio', advierte. Tras el fin de la guerra fría, explica, 'vivimos en un mundo lleno de pequeñas guerras y Estados débiles'. 'Muchos de esos Estados necesitan ayuda de fuera para mantener su seguridad en el interior. Puede haber también un aumento de la necesidad de que la comunidad internacional intervenga', asegura.

Privatización militar

'Al mismo tiempo, en los países desarrollados el sector privado está cada vez más presente en lo militar y en las actividades de seguridad. Los Estados y las organizaciones internacionales ven cada vez al sector privado como una manera más rentable de realizar los servicios que antes fueron exclusiva competencia de los militares', agrega Straw.

'Un sector militar privado respetado y fuerte puede jugar un papel a la hora de permitir a Naciones Unidas responder de manera más rápida y más efectiva a las crisis. El coste de emplear compañías militares privadas, para ciertas funciones, en operaciones de Naciones Unidas puede ser mucho más barato que utilizar a las fuerzas armadas nacionales', explica el ministro. Aunque admite que hay 'muchos peligros latentes en este asunto que deben ser muy tenidos en cuenta'.

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Esos peligros son ampliamente abordados en el Libro Blanco. Entre ellos, cita los problemas para controlar el gasto, amenazas a la soberanía de los Estados, explotación económica (la presencia de mercenarios ha sido más habitual en los países con grandes recursos minerales, como Angola, Sierra Leona o Zaire), desinterés en acabar con el conflicto porque significa perder el empleo, abusos contra los derechos humanos, inestabilidad, defensa de intereses de otros Gobiernos (y cita como ejemplo los beneficios obtenidos por la política exterior de EE UU a través de su asesoramiento militar en los Balcanes), objeciones morales o problemas de doble rasero.

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