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Reportaje:

Un 'thriller' para jóvenes

La heroína miope de Serge Brussolo llega a España después del éxito logrado en Francia

Serge Brussolo (51 años) lleva publicadas alrededor de 100 novelas, la mayoría de ellas de ciencia-ficción, otras de aventuras o policiacas, a veces pensadas para un público juvenil. Pero hasta que Brussolo no ha publicado los dos primeros volúmenes de aventuras de la adolescente Peggy Sue su sólido éxito francés no se ha transformado en éxito internacional. Peggy Sue -cuya aventura Peggy Sue contra los invisibles edita en España Alfaguara- nace, sin duda, del fenómeno Harry Potter, de la evidencia de que no todos los menores de edad se dan por satisfechos con las dosis de ficción que les suministra la pequeña pantalla.

'No he leído ningún volumen de Harry Potter', dice Brussolo, 'pero por lo que me han explicado creo que se trata de una serie pensada para lectores más jóvenes, de 8 a 10 años, mientras que las aventuras de Peggy Sue se dirigen a una franja de edad algo superior, los de 11-12 años. Además, las historias de Harry Potter no dan miedo y yo he querido crear una serie de suspense, un thriller para jóvenes'.

El lanzamiento francés de las andanzas de Peggy Sue ha sido espectacular y la inversión en publicidad ha rondado el millón de francos (25 millones de pesetas). Brussolo, al que a menudo han presentado como el 'Stephen King francés' parece haberse adaptado a las exigencias de Olivier Orban, su editor, pero él lo niega: 'Nunca he aceptado propuestas de editores que no estén dispuestos a garantizar la integridad de mis textos. Orban me ha dejado escribir a mi manera; luego le hizo leer la primera Peggy Sue a su hijo, un chaval poco habituado a la lectura. Le encantó. Era la señal que buscaba: quería seducir a esos críos a los que raramente ves con un libro en las manos'.

Peggy Sue compite o convive con Harry Potter pero también con Artemis Fowl, el genio de la informática, Kévin Barnavelt, el huerfanito que la arma la noche de Halloween, Ben, el mudo que comunica telepáticamente con su perro, Darren Shan, el vampiro que no quiere serlo, y Tom Cox, un mago que no sabe que lo es. ¿Cuál es su especificidad? 'Peggy Sue no se desanima nunca y no odia a nadie, ni a sus peores enemigos. Es muy miope, como yo, pero ella dispone de unas gafas mágicas que le permiten descubrir mundos ocultos. Si vive en EE UU es porque así lo han decidido los lectores. A través de Internet mantengo una correspondencia muy activa con ellos y cuando les hablé del proyecto de Peggy Sue les dije que la acción transcurriría en Francia. ¡Dijeron que no, que era un país aburrido! Propuse un país imaginario y la mayoría me hizo saber que eso no les parecía serio. Y han sido los lectores los que han salvado, después del primer libro, al perro azul. El editor era partidario de hacerlo desaparecer. Los lectores son formidables, me escriben para dar ánimos a Peggy Sue, para consolarla, algunas niñas me han enviado incluso capítulos en los que Peggy Sue encuentra por fin un novio. He recibido consejos sobre cómo combatir a los invisibles. ¡Es como si Peggy Sue existiera realmente, pues me preguntan cuánto dinero recibe semanalmente o qué ropa tiene en el armario! ¡Una niña me ha contado que ella también le había puesto corbata a su perro pero que éste se la había comido!'.

Mensajes diarios

Internet permite a autores como Brussolo una relación directa y rápida con sus lectores, un poco como la que podían tener Dickens o Balzac en el XIX, cuando veían cómo fluctuaban las ventas de sus novelas vendidas por episodios. Los personajes aparecen o desaparecen en función de la popularidad que consiguen, del deseo del público. 'Cada día recibo una media de 12 mensajes de mis lectores y eso me permite saber qué esperan de las aventuras que les propongo. Peggy Sue habla del mundo real a través de símbolos. El sol azul es la droga, la rebelión de los animales nos remite a los problemas de racismo, la imbecilidad de algunos personajes plantea la cuestión del mal uso que puede hacerse de la ciencia. Los chavales me han escrito para decirme que, con todo lo ocurrido con la vaca loca, los animales tienen todas las razones del mundo para sublevarse. El género fantástico permite hablar de la realidad de una manera divertida. El humor es imprescindible en ese tipo de textos: cuando se pasa miedo se quiere reír a continuación, es una regla del género. Los niños se quejan a menudo de que los libros que se les ofrecen no son lo bastante delirantes. A muchos la lectura les parece aburrida pero los libros de fantasmas les divierten. Es una vía para habituarles a la lectura, para que descubran que es una actividad tan apasionante como lo puede ser la televisión o los videojuegos'.

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