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Jean-Cristophe Rufin, premio Goncourt con un relato sobre el Brasil del XVI

Jean-Cristophe Rufin (Bourges, 1952) obtuvo ayer el Premio Goncourt, el más prestigioso de los galardones literarios franceses, por su novela Rouge Brésil (Gallimard), un relato sobre la frustrada conquista gala de Brasil en 1555, dirigida por el caballero de Villegagnon. La historia está contada desde el punto de vista de dos niños, Just y Colombe, que son enrolados a la fuerza en la expedición para que sirvan de intérpretes ante las tribus indias. Uno de los compañeros de Villegagnon sería luego el secretario de Montaigne, inspirador de sus ensayos y de sus reflexiones sobre los salvajes. 'Son las utopías lo que critico en mi libro', declaró ayer Rufin, 'porque de la misma manera que generan una energía formidable también son una amenaza de muerte'.

Para Rufin, éste no es su primer éxito como escritor puesto que hace apenas cuatro años, con L'Abyssin, ya vendió 300.000 ejemplares. En sus textos aparecen los paisajes y las historias de los muchos países que ha conocido como miembro de Médicos sin Fronteras, organización a la que pertenece desde 1977 y por la que ha trabajado en Nicaragua, Filipinas, Afganistán, Ruanda o los Balcanes. También se ha sentido tentado por la aventura política y en 1986-1988 y 1993-94 fue consejero de Estado para los ministerios de Derechos Humanos y Defensa. Su papel ante las masacres de Ruanda le hizo descubrir las limitaciones, fronteras y compromisos que comportaban la lucha política y humanitaria, y sus reflexiones han quedado recogidas en su ensayo Les causes perdues. Otro texto conocido de Rufin, en la línea de una actitud crítica ante la globalización, es La dictature libérale. En Rouge Brésil, que enseguida tendrá una edición de bolsillo, dice haber querido escribir 'una suerte de novela ecológica entre dos concepciones de la naturaleza: la nuestra, la de los occidentales, y la de los indios, de la que aún tenemos mucho que aprender'. Entre las razones del fiasco de la conquista francesa figuran unas divertidas disputas teológicas entre gente que había huido de Europa para escapar a la intolerancia de las llamadas 'guerras de religión'.

Ayer también se falló el Premio Renaudot, que fue para Martine Le Coz y su Céleste, una historia de amor en el siglo XIX, entre un viejo médico y una chica joven. Como en el Goncourt, los personajes de ficción se entrecruzan con personajes históricos. 'Es un texto de inspiración balzaquiana', ha dicho su editorial, Editions du Rocher.

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